En la década de los ochenta John Carpenter se desmelenó. Por lo general creo que hay que reconocer que en muchas ocasiones sus propuestas fueron ingeniosas y frescas, y muchas veces, como es el caso de este "Están vivos", nacen de una idea muy buena, con mensaje, pero caen en lo cutre y lamentable. De esta película me ha encantado la idea de las gafas que te enseñan la realidad, que le dan la oportunidad al que se las pone de discernir a los seres humanos de los extraterrestres que nos tienen invadidos. Hay que reconocer que eso es una buena idea.

Pero luego patina, una lástima. A mí las dilatadas escenas de la pelea en el callejón no me ha molestado tanto como las luchas en el subsuelo, la acción pésimamente filmada y la penosa manera de acabar la película. Creo que los primeros minutos son muy prometedores y que luego todo se desploma. Pese a ello mi descontento no es tanto como para suspender "Están vivos", valoro mucho su mensaje, el hecho de vivir en una sociedad que limita las capacidades del ser humano, la crisis del capitalismo, la denuncia del consumismo y todas esas cosas horribles de las que estamos rodeados. Carpenter lleva su ideología crítica por el camino de la ciencia-ficción y además a su manera. Aquí tenemos el resultado, una película que entretiene pero que podría haber sido mucho mejor. Realmente es para flipar un poco. Y en colores claro.