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Voto de papi_habichuela:
7
5,7
834
Drama
Kyoko es una artista de prestigio, joven y bella, que mantiene una sádica relación con su asistente... hasta que alguien grita “¡corten!”, y la personalidad de la protagonista se escinde en varias capas de delirio. Sion Sono relee el género del roman porno, usándolo como vehículo para pergeñar un alucinante manifiesto sobre la situación de la mujer en la sociedad japonesa. (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La categoría artística de Sion Sono está fuera de toda duda. Y aunque Antiporno se presente como una obra menor, por duración, referentes y homenajes al cine japonés, tiene la capacidad de aglutinar en muy poco espacio muchos de los temas tratados por el autor: la crueldad, el desarraigo, el miedo.
Con una marcada estética (con colores amarillos destacando por encima del resto), podría decirse que el escenario es un personaje más, porque nos da la información precisa para completar el discurso que los actores llevan a cabo, con sus capas de lectura y complejidades. Extraordinario casting, sobresaliente fotografía. Difícil sin caer en la estridencia, en consonancia con lo que nos está contando.
La película condensa en sus primeros minutos la temática, y casi deja cerrado el devenir de la cinta. Comento en Spoiler los datos que me parecen más relevantes. Como la película, seré breve, conciso. No hace falta decir nada más.
Con una marcada estética (con colores amarillos destacando por encima del resto), podría decirse que el escenario es un personaje más, porque nos da la información precisa para completar el discurso que los actores llevan a cabo, con sus capas de lectura y complejidades. Extraordinario casting, sobresaliente fotografía. Difícil sin caer en la estridencia, en consonancia con lo que nos está contando.
La película condensa en sus primeros minutos la temática, y casi deja cerrado el devenir de la cinta. Comento en Spoiler los datos que me parecen más relevantes. Como la película, seré breve, conciso. No hace falta decir nada más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película se abre con una mujer danzando a la luz de las velas en una habitación cerrada. ¿Hace falta decir más? Al movimiento del baile se suma únicamente el de los ventiladores que dan aire a la habitación. De la luz de un conjunto de velas el plano se abre a otro espacio, donde solo hay una vela que se apaga, una botella de alcohol vacía y un gran cenicero lleno de colillas gastadas. ¿De verdad es necesario que aclare este punto? No gasto más palabras y sigo.
En la siguiente imagen se suceden los detalles y vienen imágenes a mi cabeza: una mujer durmiendo en una cama bocabajo, con las bragas bajadas. La persiana dibuja en la cama un código de barras que atraviesa a la bella durmiente. ¿Habré de recordar a Victoria Abril al inicio de Tacojes Lejanos? ¿O refiero mejor a Alice in the cities en la misma situación en el motel de carretera? Sin olvidar el reciente póster de promoción de Madres paralelas entre otra multitud de personajes enbarrados (con barras). ¿Tengo que explicarlo? No me cabe.
Completan la escena una mesita de noche con un pájaro dentro de una jaula que indefectiblemente me recordó a la jaula que aparece en El guateque, con el mismo personaje superpuesto en cada escena justo delante, dando sensación de encierro.Obviamente es la mujer rubia que en el rodaje de la película actúa como una autómata al chasquido de dedos del productor. Sigo, que me pierdo: el otro elemento, un lagarto que “ha crecido demasiado” y vive dentro de una botella de cristal. Repasamos Miedo y asco en Las Vegas: ¿qué ocurre en el bar cuando Johnny Deep toma sustancias y ve a su amigo transformarse en otro ser? ¿De qué se llena el bar? De lagartos, como el lagarto que observa, sacando la lengua eventualmente, a nuestra bella durmiente de ojos abiertos como la noche.
El bombardeo de imágenes no cesa. A continuación la protagonista va al baño y, a la vista de todos, ve en el suelo un espejo roto. Coge uno de los trozos y se pone a hablar con él como si fuese una parte de sí misma, con la que discute. El espejo roto… El espejo de Alicia… “Si los espejos del salón no están rotos, lo estoy yo”. El chasquido de dedos, la claqueta del director… Las capas del personaje que encarna varias personalidades, como trozos de un espejo roto.
El spoiler es intenso, como lo es la película que se resume en estas imágenes descritas: la ruptura de la conciencia en varias personalidades enfrentadas. El papel del actor que se rompe, como Paul Newman borracho en El gran golpe. Donde igual el director te alaba que te penetra en un rincón del estudio; donde igual en escena todos te admiran, y al sonido de la claqueta te pegan. Dando lugar a una existencia volátil, dispersa, cambiante, desgarrada, a merced. Entregada al alcohol de la botella vacía y la pérdida de tiempo de los cigarros consumidos. Y la luz de la vela, consumida, no permite ver a la bailarina que danza en aquella habitación donde un espejo permanece intacto, al fondo.
En la siguiente imagen se suceden los detalles y vienen imágenes a mi cabeza: una mujer durmiendo en una cama bocabajo, con las bragas bajadas. La persiana dibuja en la cama un código de barras que atraviesa a la bella durmiente. ¿Habré de recordar a Victoria Abril al inicio de Tacojes Lejanos? ¿O refiero mejor a Alice in the cities en la misma situación en el motel de carretera? Sin olvidar el reciente póster de promoción de Madres paralelas entre otra multitud de personajes enbarrados (con barras). ¿Tengo que explicarlo? No me cabe.
Completan la escena una mesita de noche con un pájaro dentro de una jaula que indefectiblemente me recordó a la jaula que aparece en El guateque, con el mismo personaje superpuesto en cada escena justo delante, dando sensación de encierro.Obviamente es la mujer rubia que en el rodaje de la película actúa como una autómata al chasquido de dedos del productor. Sigo, que me pierdo: el otro elemento, un lagarto que “ha crecido demasiado” y vive dentro de una botella de cristal. Repasamos Miedo y asco en Las Vegas: ¿qué ocurre en el bar cuando Johnny Deep toma sustancias y ve a su amigo transformarse en otro ser? ¿De qué se llena el bar? De lagartos, como el lagarto que observa, sacando la lengua eventualmente, a nuestra bella durmiente de ojos abiertos como la noche.
El bombardeo de imágenes no cesa. A continuación la protagonista va al baño y, a la vista de todos, ve en el suelo un espejo roto. Coge uno de los trozos y se pone a hablar con él como si fuese una parte de sí misma, con la que discute. El espejo roto… El espejo de Alicia… “Si los espejos del salón no están rotos, lo estoy yo”. El chasquido de dedos, la claqueta del director… Las capas del personaje que encarna varias personalidades, como trozos de un espejo roto.
El spoiler es intenso, como lo es la película que se resume en estas imágenes descritas: la ruptura de la conciencia en varias personalidades enfrentadas. El papel del actor que se rompe, como Paul Newman borracho en El gran golpe. Donde igual el director te alaba que te penetra en un rincón del estudio; donde igual en escena todos te admiran, y al sonido de la claqueta te pegan. Dando lugar a una existencia volátil, dispersa, cambiante, desgarrada, a merced. Entregada al alcohol de la botella vacía y la pérdida de tiempo de los cigarros consumidos. Y la luz de la vela, consumida, no permite ver a la bailarina que danza en aquella habitación donde un espejo permanece intacto, al fondo.