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España España · Miranda de Ebro
Voto de Michi:
6
Drama Abu Raed es un solitario miembro del equipo de limpieza del aeropuerto internacional de Ammán. Siempre ha querido viajar por el mundo, pero al no poder hacer realidad su sueño, lo vive a través de libros y de breves charlas con algún viajero. Un día, encuentra una gorra de capitán en una papelera y un chico del barrio le ve con ella puesta camino de casa. Al día siguiente, un grupo de niños le espera delante de la puerta, convencidos de ... [+]
12 de mayo de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Continuamente los terribles sucesos que ocurren -ocurrieron y lamentablemente ocurrirán- en la extensa franja de Oriente Medio, ocupan cientos de páginas de periódicos e inundan las cabeceras de los informativos televisivos de medio mundo. Cinematográficamente hablando sucede algo parecido. Todas estas catástrofes tienden a aglutinar la mayor parte de los argumentos de las películas del mundo árabe, lo que convierte en apenas un pequeño número –y muchas veces incapaz de pasar el diabólico filtro de la distribución comercial- las cintas que relatan historias con temas menos trascendentales pero igual de importantes en el día a día de la sociedad. Ajustándonos a Jordania -país fronterizo de los conflictos Israel-Cisjordania o Iraquí- la empresa de ofrecer una película alejándose de materias como el integrismo religioso o el terrorismo parece complicada. El director Jordano Amin Matalqa –aunque residente en los EEUU desde los 13 años-, se presenta con su ópera prima –la que es por cierto la primera película Jordana en 50 años y la primera en exportarse al mercado internacional-, con una positiva historia sobre la ilusión en contrapartida a una vida conformista. Capitán Abu Raed, contada de una forma sencilla, es una enternecedora historia que consigue hacerte sonreír -que no reír-, en la que el anciano limpiador del aeropuerto a través de sus fantasiosos relatos, ayuda a un nutrido grupo de niños entusiastas ávidos de historias a mirar con otros ojos su propio futuro; y gracias a ello, a creerse capaces de cambiar el rumbo preestablecido en sus vidas. De cualquier modo, sin alejarnos mucho de la trama principal, no nos resultará complicado entrever muchos de los problemas diarios de las familias (en especial de los niños) de esta zona del mundo, tales como la explotación laboral infantil, el maltrato en el ámbito familiar o las más que visibles diferencias sociales. Todas estas denuncias se encuentran bastante cercanas a las reclamas que durante los últimos meses han provocado las protestas de miles de jóvenes del Magreb y Oriente Medio, que intentan conseguir una mayor apertura de libertades por parte de sus regímenes gobernantes.
Centrándonos en los intérpretes, el director y guionista Amin Matalqa combina una mezcla de veteranía y espontaneidad. La veteranía la proporciona el actor que encarna al simpático Abu Raed; el jordano afincado en Londres Nadim Sawalha, uno de los pocos árabes que trabajó en la industria cinematográfica británica en la década de los 60, actuando sobre todo para la televisión pero también, y aprovechando sus rasgos étnicos, en películas de la saga de James Bond. La espontaneidad es en este caso para el grupo de niños, todos ellos primerizos en el arte de la interpretación, y que fueron escogidos por su naturalidad en campamentos de veranos para los niños más desfavorecidos.
Michi
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