Desde el cutre cartel vemos los obvios paralelismos que esta cinta guarda con la que es una de las mejores películas de accion de todos los tiempos, La Jungla de Cristal. Siendo así, muchos hemos acudido a la sala de cine más cercana en busca de algo de la dorada magia que imbuía a la cinta de McClain, quedando, ay, plenamente decepcionados.
El carismático The Rock no consigue sacar a flote esta cinta, que resulta insulsa en casi todos sus apartados. Este actor ya nos tiene acostumbrados a darnos una de cal y otra de arena, combinando su participación en películas mas que meritorias como lo son las sucesivas entregas de Fast and Furious con auténticos despropósitos como San Andres. Como decía, a pesar de su carisma, la cinta no carbura, y su personaje ya tantas veces visto comienza a resultar un poco cansino. Ya no hay heroes de acción.
En fin, si la pelicula no funciona es por la falta de originalidad y buen hacer que plagan la industria hollywoodiense hoy día. Lo que podría haber sido una nueva vuelta de tuerca al genero, aprovechando las bases de Die Hard, ha quedado en poco menos que en un hermano feo de la susodicha, un hermano que no comprende que la magia y acierto de la original radicada en el ingenio de un tipo normal obligado a enfrentarse a los malos para salvar a su familia. Aquí esta todo al revés, y ni los malos ni los buenos parecen demasiado inteligentes, y todo se reduce a cuatro fuegos enanos y cuatro explosiones mal dadas.
Una pena, decepcionante.