Es que tras el revuelo que se armó, lo explícito del trailer y la propia tontería de la trama, no vale ni para un festival de cine fantástico y de terror, pues sobre todo debe ser una buena película y esta tiene todo lo que hay que tener para ser pésima:

1. malos actores; el prota y su mujer carisantos todo el tiempo; las chicas malas muy neumáticos con sonrisa impostada y los perversos, bueno, de antología de la comicidad indeseada.
2. el porno manso, el porno cuasi familiar es el tema principal, así que empieza con esa clase de imágenes, pero eso sí, observadas por un niño al que no se le monta ningún número y se le comprende, etc. Allí acaba toda audacia.
3. después todo gira en torno al porno brutal; mezclando sexo y violencia se entreteje un guión muy obvio, previsible a más no poder; no se sabe con qué nuevo horror se impulsará la película pero sí te imaginas el cómo y el por qué, y el final cae de maduro.
4. un toque de ambición con mensaje supuestamente político, ligeramente tocado de la última guerra balcánica.
5. el epílogo es muy sorprendente por su ferocidad. Quizás comienzo y final tengan cuerpo de cine de terror del bueno, pero el desarrollo es un borrador que asquea por su contenido excesivamente evidente, sin rastros de misterio, suspense o drama bien construido.

Alguna provocación escalofriante y mucho rizar el rizo de la violencia sexual como un gran negocio; la idea no es mala, sólo que al terminar la película todavía no ha empezado, pues el verdadero tema es la industria que hay detrás, la noble, buena y rica burguesía que consume aberraciones bajo una apariencia de gente bien educada.