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España España · Madrid
Voto de horacio:
10
Drama Años cincuenta. Una acomodada y modélica ama de casa de Connecticut lleva una vida aparentemente equilibrada, satisfactoria y programada según los cánones de la familia burguesa americana. Sin embargo, de manera inesperada, tiene que enfrentarse a una gravísima crisis matrimonial y a un mundo exterior que impone límites a las emociones. Un mundo en el que domina el racismo y la intolerancia sexual. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2008
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La elegancia con que Julianne Moore se mueve entre la desolación y la afrenta no tiene parangón: es de una calidad infinita, llena de matices en todos los aspectos.
Ahí va ella tan segura de sí misma incluso cuando parece que avanza sobre una cuerda floja, pero en realidad cuanto más débiles son los elementos con que cuenta más fuerte se hace. De allí la admiración del joven director Todd Haynes por personaje y actriz que ha de enfrentarse a una serie de situaciones para las que no está preparada. Julianne Moore está impresionante, no encuentro palabras, me deja grogui cada vez que la veo en esta película; en otras también como en El fin del romance, con bastantes puntos de contacto con ésta, pero en Lejos del cielo, es tanto lo que dice en silencio con su manera de andar, de sonreír y de no hacerlo...

Hay emoción en medio de una excelente puesta en escena llena de detalles de diseño de producción, de luces y combinaciones de trajes. Todo está medido minuciosamente para conmover e informar acerca de un estado social y emocional de trascendental importancia.

Dennis Quaid está muy bien, mejor que de costumbre, defendiendo con valentía un personaje complejo, nada tratado en el cine y muy poco agradecido. Admirable el actor negro Dennis Haysbert y, como siempre, Patricia Clarkson con dos detalles compone un personaje que te dice montones de cosas, entre sugerencias y testimonios de envergadura.

Y el no-va-más es descubrir que la maravillosa música la compuso Elmer Bernstein con 80 años, dos años antes de morir: es una banda sonora fabulosa, de ensueño, que acompaña de manera admirable este homenaje del director al cine de Douglas Sirk, pero sin la sonoridad exagera de aquella música: este Bernstein rinde tributo a aquella época del cine con una composición de hoy, con infinitos matices y cadencias, algo prodigioso del que depende en gran medida la excelencia de esta realización que, homenajeando a Sirk, lo supera con técnicas y conocimiento de hoy.
horacio
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