Una mujer atada y en ropa interior yace boca arriba en un cuartucho oscuro. Un psicópata entra y entre muchas herramientas de pinchar y cortar elige un martillo. La escena cambia. Angie es una chica miedosa y religiosa que se está despidiendo de su madre para ir a una residencia de la universidad. Cuando llega al apartamento descubre que no tiene cama, y se decide a trabajar de niñera para comprarse una, en casa de los Stanton, un matrimonio con un niño pequeño, en una granja en las afueras. Pero pronto empezarán las sorpresas...

Lo mejor es el argumento. Varios giros que la hacen entretenida y pasable, con varias pequeñas subtramas que quedan inacabadas. Los temas que aparecen son bien conocidos, pero la combinación es original. La devota Angie, tanto rezar y luego al parecer la fe no le sustenta en los momentos de dificultades: crítica a los que van vacilando de Dios por ahí...
La emoción, con un aprobadillo sin más. Hay tensión que va y viene a lo largo de toda la cinta, pero no es para aterrorizarse, más cercano a un thriller.
En cuanto a la verosimilitud. Comienza muy bien pero se va deshinchando. En spoiler errores o inverosimilitudes.

En resumen. Film pasable que puedes ver para pasar el rato sin quedar defraudado. Argumento interesante en su combinación, emoción flojilla y verosimilitud que se cae por momentos.

Frase de la película:
"Tenemos que alimentar a Sam"