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Voto de Prometheus27:
7
Cine negro. Drama Ambientada en Boston durante los años 20, en la época de la ley seca, gira en torno a un hombre que se adentra en el mundo del crimen organizado. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2023
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Aquí tenemos un director sobre el que se podría decir mucho, elogiando sus formas, denostando su labor interpretativa o incluso cuestionando si esos trajes cubanos le sientan bien o si, por el contrario, su altura le resta elegancia. Todo juicio de esta clase está condenado a visitar una ristra de lugares comunes que, por insistentes, generan la sensación de que Ben Affleck es un "autor". Y aunque lo es, su impronta es tan convencional como autoconsciente de la reiteración de los códigos con los que intenta hacerse. No hay más que ver el montaje de esta película, que dista de la homogeneidad de su más humilde "The Town" y su ejemplar adaptación de "Desapareció una noche" (Adiós pequeña, adiós). Por otro lado, en la comparación de sus personajes observamos que ya no hay grises, solo muy buenos y muy malos, que en la revelación de sus caracteres acaban dilapidando el atisbo de naturalidad que los caracterizaba en un principio.

Pero hay algo detrás de la prototípica historia del ascenso en el mundo de la mafia, algo que la cinta no ahoga en su evidente ejercicio por hablar de todo, y que brilla con algo de ingenuidad en un lugar donde la inocencia dura una calada. Mientras se nos muestran los esfuerzos de un delincuente por vengarse de un antiguo jefe mafioso, vemos cómo trata de enmendarse en lo emocional, mientras las ambiciones te arrastran a tener que tomar decisiones incómodas, las mismas que expresarán el auténtico compromiso del agente, y aquello con lo que siente realmente "él". Esto tampoco se sale de la norma, y pese a ello no resulta molesto en una cinta donde tal vez lo más censurable sea que no se recree más en sus alardes técnicos, en sus virtudes visuales y en las siempre atractivas reproducciones de época que hacen de este tipo de cine una parada necesaria.

Sin duda, prevalece esa pretensión de universalidad con la que son abordadas casi todas las conversaciones, donde nadie toma al otro por tonto (salvo con cierto personaje que roza la caricatura) y donde los buenos, como dije antes, deben ser adalides de la moral democrática que ejemplariza su normatividad frente a la política y a la ignorancia. Me resulta hasta rimbombante expresarlo de tal forma, pero es que la cinta grita esta consigna como uno de los rasgos más importantes de su protagonista: deja de cumplir normas porque llevan al sufrimiento y porque sus dirigentes no las cumplen, quiere imponer las suyas a expensas de que su ocupación hace frontera con la crueldad, y en este ejercicio de reflexión ve que tampoco está tan mal matar si en el fondo defiendes una buena causa.

En el fondo, nos hallamos ante una cinta que reincide y reincide en lo que podríamos llamar el tropo del caballero blanco, otro viaje del héroe que puede sonar trilladísimo, pero el conjunto (y pese a ese montaje que cuenta lo que omite con una voz en off tan insistente y omnipresente como a ratos totalmente ausente) si que denota organicidad y respuesta a sus propias preguntas, cierra su viaje tal y como el espectador espera y no deja mal sabor de boca. Uno acaba por pensar que ha visto en 2 horas una experiencia que condensa inmigración, sollozo familiar, amor pasional, conflictos políticos, racismo, alcohol, religión, venganza...y las dosis de cada una de estas cosas, pese a que expresan a la legua su carácter prefabricado, ayudan a constatar el recuerdo una época no tan lejana.
Prometheus27
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