Esta tercera parte está claramente orientada a atar los cabos sueltos que quedaban.
Comienza poco después del final de la segunda y sigue girando en torno a ese interesante personaje llamado Lisbeth Salander. A estas alturas ya podemos comprenderla mucho mejor.
La intriga avanza, pero con un ritmo más lento, aunque el director sea el mismo de la anterior. Supongo que ello se debe más bien a la novela original.
Ofrece básicamente más de los mismo. Realmente la historia está dividida en tres partes solo por su extensión, y no porque pudieran considerarse capítulos distintos. De hecho, nadie debería verla sin haber visto antes las otras. Esto es, simplemente, el fin de una larga historia.
Mi opinión personal es que, a pesar de todo, es la peor. Sus dos horas y media se me hacen largas y en general me parece un tanto pesada y creo que pasan bastantes menos cosas que en las anteriores, aunque me siga gustando.
Tanto Michael Nyqvist como Stieg Larsson ya no están con nosotros, así que aunque algún día se decidieran a adaptar las continuaciones que se han escrito por David Lagercrantz (que no he leído), esto ya nunca volvería a ser los mismo. Así que espero que la cosa termine aquí.