Ed Harris dirige y protagoniza esta historia del Oeste que bien podría haber estado hecha en la etapa clásica del género.
La música, ambientación, personajes y escasez de violencia hacen que este western no tenga aire de modernidad.
Mortensen y Harris están perfectos en sus papeles de sheriff y ayudante que llegan a un pueblo donde Jeremy Irons hace la puñeta. La ley debe imperar.
Ed Harris vuelve a demostrar que se merece un mayor reconocimiento. A ver si le llega, que este hombre ya tiene una edad respetable.
Lo malo es que la película acaba tarde. Es decir, que hay una especie de conclusión pero luego faltan como unos 20 minutos más en donde pasan pocas cosas interesantes hasta llegar al final.
De todas maneras está infinitamente mejor que otra película que dirigió Ed Harris que fue la malísima "Pollock".