No hace más que poner la problemática de la inmigración sobre la mesa, con muchas de sus aristas (ética, pasotismo social y político, drama humano, mafias, etc.). En realidad este es un tema más o menos bien conocido por todos, y desde el punto de vista de la crítica sociológica, si queremos considerarla como un documental de hechos reales, yo diría que es bastante necesaria.
Quizás en este mundo actual de polarización, extremismo y mucha mentira política, habrá quien piense que solo muestra el problema desde un punto de vista, pero yo creo que refleja bien la realidad, nos guste o no.
Ahora bien, ¿qué tal es como película en sí?
Pues creo que está bien realizada. Eduard Fernández y Anna Castillo me parecen buenas elecciones, pero a Dani Rovira, que hace lo que buenamente puede, no termino de verle en un papel dramático como este.
Las escenas de naufragio y rescate están bien hechas, pero hay menos de lo esperado.
De cualquier forma, la película ha sido un fracaso importante de taquilla, tal vez porque no nos apetece ver duros dramas en tiempos de pandemia.
En mi opinión, es un film bueno por lo que cuenta, pero que tampoco llega a emocionar o exprimir el drama y las interpretaciones todo lo que podría haber dado de sí.
Su ritmo es lento en bastantes tramos, y en general creo que podría haber estado mejor. A eso se le une su vocación de documental, con largos silencios. Creo que en su conjunto no termina de funcionar del todo bien como entretenimiento, a pesar de tener toda la mejor intención del mundo en contar con imágenes este tema tan dramático.