No se puede decir que el genial Michael Caine tenga una filmografía totalmente intachable en su fase de tercera edad. Pero tengo clarísimo que, gracias a películas como esta, es un actor que, a su edad, puede ir con la cabeza bastante más alta que muchos de su generación, o de cualquier otro intérprete famoso que sigue trabajando de mayor. Ya quisieran muchos tener un envejecimiento tan digno a nivel profesional en el cine.
Aquí podemos verle en el papel de un antiguo colaborador de los nazis, huyendo de su pasado y haciendo lo que haga falta por ocultar su identidad en Francia, y que no le pillen.
Si solo fuera por el guion en sí, la película ya sería aceptable, pero la presencia de Michael Caine la mejora.
Y es que el actor lo borda, porque su personaje tampoco es plano y tiene varias caras, que lo hacen muy interesante.
También me gusta la parte que corresponde a su persecución por la justicia, con buenos actores secundarios como Tilda Swinton.
Es una película buena más sobre la Segunda Guerra Mundial, en este caso enfocada en las consecuencias a muy largo plazo para algunas personas.