Nuevo acercamiento al mito de los vampiros, pero en esta ocasión con una extraña perspectiva. En un mundo distópico, los vampiros lo dominan todo, pero tienen un grave problema: se les están agotando los humanos a quien matar y se enfrentan a la extinción.
La película no tiene nada de terror, sino que es de ciencia ficción con leves toques de acción.
Eso sí, no escatima en sangre. El rojo líquido abunda a lo bestia, hasta el punto de que parece que nos va a salpicar.
El protagonista, junto con un grupo de humanos resistentes, tratará de buscar una solución al problema de la falta de alimento. Para ello será clave el personaje de Willem Dafoe, un actor que siempre está ahí y que se atreve con todo lo que le echan.
No es como "Blade" ni como "Entrevista con el vampiro". Aunque salgan estas famosas criaturas, el film curiosamente tiene una personalidad propia que me ha llamado la atención.
Puede que no sea un peliculón y que más bien tienda a ser serie B, pero el planteamiento que tiene me ha gustado.
Además, es corta y no aburre. Creo que su facilidad para caer en el olvido es alta, pero eso no quita que sirva para echar el rato.