Nota importante: No he visto la original, con lo cual ni puedo comparar ni tengo ningún prejuicio.
Nos encontramos ante un thriller campestre de invasión doméstica que está por encima de la media de calidad acostumbrada en el género.
A pesar de contar con un argumento excesivamente simple, tiene otras armas que la hacen bastante buena. Todo buen thriller que se precie tiene que tener o bien giros imprevistos que sorprendan al espectador, o bien ser capaz de mantener la tensión. Esta segunda característica es la que posee esta "casa a la izquierda".
Y no solamente nos tiene con el alma en vilo durante casi toda su duración (a pesar de que al principio parece que va a ser mucho peor), sino que transmite emociones. La película cuenta con dos o tres escenas que inquietan y que son muy desagradables. No es plato de buen gusto ver sufrir de esta manera tan tremendamente cruel a los protagonistas, que se ven inmersos en una pesadilla horrible sin comerlo ni beberlo. Pero a pesar de eso, hay que reconocer que si un film consigue estremecer de esta forma, aunque sea con sentimientos negativos y de mal rollo, algo de mérito tiene que tener.
Está muy bien realizada y con buenas interpretaciones a pesar de su reparto no demasiado conocido, de manera que dan ganas de entrar en la pantalla y darles una paliza a estos desalmados. A uno se le quitan las ganas de ir por el campo no vaya a ser que nos encontremos en una situación como ésta.
Tampoco escatima en violencia explícita. Esto es algo que muchos espectadores de estómago sensible no soportarán. Y aunque hay títulos mucho más bestias (saga "Saw"), deja un mal sabor de boca, en el sentido de transmitir desagrado.
En resumen, es una película que se "sufre" más que se disfruta, por el mal rollo que da. Y eso, amigos míos, es buen cine en mi opinión.