- Usted dirá, caballero.
- Buenas, quería una mierda del tamaño de un elefante.
- Las tenemos con efectos especiales y un niño con pinta de atontado.
- ¿Sí?
- Por supuesto. Somos una productora seria. Se llama Los seis signos de la luz.
- Ah, ya. Es la adaptación esa sobre la novela infantil, ¿no?
- Exacto, veo que entiende usted del tema.
- Pero es que me han dicho que es entretenida, que tiene puntos parecidos a Harry Potter.
- ¡Oh, Dios, no! ¡Nada más lejos! Esta es un truño auténtico.
- ¿Seguro? Es que Harry Potter tiene un guión bastante bueno y se desarrolla bien. Además la adaptación al cine es bastante correcta y tiene un estilo interesante y...
- No se preocupe, caballero. Le prometo que esta es una mierda digna del gourmet coprófago más reputado.
- Hábleme de la dirección.
- Oh, lo peor, sin duda. Más infantil que Pocoyo jugando a Pokemon en una Game Boy mientras ve Gormiti en la tele.
- Vaya... pinta bien. ¿Guión?
- Por eso no tiene que preocuparse. El guión lo ha visto mil veces en otras películas. Es un refrito, tanto que tiene más pinta de película ochentera que de producto actual.
- Entiendo... me está convenciendo. Solo una cosa más: ¿qué tal el reparto?
- Apestoso. Christopher Eccleston nada en la mierda líquida para salir de ella, pero no lo consigue. Sin embargo, como el peso recae en Alexander Ludwig que está flojo de tripa y su culo dispara a discreción, el olor a granja de cerdos está asegurado.
- Vaya. Parece que realmente apesta. Me la llevo

Al día siguiente...
- Hola, ¿me recuerda?
- Claro. Se llevó usted Los seis signos de la luz. ¿Qué le ha parecido?
- Venía a darle las gracias. Mi esposa falleció de asco viéndola, mi suegra está en coma y mi gato lleva desde que terminó la película encerrado en el servicio. Creo que está vomitando.
- Entonces, ¿satisfecho?
- Muchísimo. ¿Tiene algún petardo más por aquí? Es que mis tías del pueblo quieren venir a cenar mañana.
- Claro, caballero. Tengo por aquí una película española llamada Mentiras y gordas. ¿La conoce?
- Algo he oído, sí. No voy a hacer preguntas, señor que vende excrementos, ya que se ha ganado usted mi confianza. Me la llevo.