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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
8
Comedia El excéntrico multimillonario Lionel Twain invita a cenar a su castillo a los cinco detectives más importantes de la historia: el chino Sidney Wang, el neoyorquino Dick Charleston, la inglesa Jessica Marbles, el belga Milo Perrier y el norteamericano Sam Diamond, que llega acompañado de su rubia secretaria. Después de ser recibidos por un mayordomo ciego (Alec Guiness), Twain les explica durante la cena el motivo de la reunión: a ... [+]
1 de diciembre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un cadáver a los postres es una comedia absurda de las que marcan un antes y un después. Como pasa con dicho sub-género, o te encanta o la odias.

Robert Moore era un reputado director de obras de teatro que había dirigido capítulos de varias series de televisión cuando se puso al frente de Un cadáver a los postres, una historia ideada por el también director teatral Neil Simon. La película está en cierta manera inspirada en la novela Diez negritos de Agatha Christie, a la que da un enfoque totalmente diferente con el que rompe los esquemas de la novela policíaca ya que, aunque lo más visible es el desternillante humor absurdo de la película, en el fondo se ocultan reflexiones sobre el género que salen a la luz en un final caótico (en el mejor sentido de la palabra). Los personajes están inspirados en otros míticos de famosas novelas, como Sam Spade (El halcón maltés) o Hércules Poirot (la autora de ambas novelas es, también, Agatha Christie), todos ellos puestos en pantalla tras darles varias vueltas de tuerca que hacen de sus interacciones una auténtica locura. El trabajo del director es realmente bueno, con largos planos y una puesta en escena acertadísima que hacen de Un cadáver a los postres una película tan dinámica que, al llegar al final, uno tiene la sensación de que apenas han pasado unos minutos desde que comenzó.

El reparto es un escándalo, con cinco actorazos haciendo de detectives y otros tantos en otros papeles: David Niven está maravilloso, como siempre, haciendo de galán y parodiándose a sí mismo (Niven escribía también novela policíaca, aunque sin mucho éxito); James Coco es tal vez la cara menos conocida, pero su interpretación es magistral, más aún teniendo en cuenta el elenco que le rodea y con el que era necesario aguantar el nivel; Peter Falk, el mítico detective Colombo, también hace humor con su personaje más conocido y lo lleva hasta el extremo con un trabajo soberbio; Elsa Lachester, conocida de sobra en el cine negro, tiene menos protagonismo entre los investigadores; el grupo de "los cinco" lo completa el histriónico Peter Sellers, encarnando a un personaje que se llevaría el premio al más peculiar en cualquier película pero que aquí no es más raro que cualquier otro. Las apariciones de Truman Capote en pantalla pueden contarse con los dedos de una mano y es por eso que se valora tanto su presencia aunque, además, el escritor y periodista está realmente gracioso en sus minutos ante las cámaras interpretando al extravagante anfitrión. El reparto principal lo completa ese genio llamado Alec Guiness que interpreta al mayordomo ciego con un acierto cómico impresionante.

Resumiendo, que es gerundio: Un cadáver a los postres es, a mi entender, una de las mejores comedias absurdas que se han hecho jamás, tal vez empatada con El ataque de los tomates asesinos y Los caballeros de la mesa cuadrada. Eso sí, cuando venga uno y me diga que es una mierda y que no se ha reído, pues tampoco voy a poder decirle nada.
Grijander
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