Tercera y última entrega de la trilogía precuela de 'Star Wars', que supera con mucho a las dos anteriores, y entabla contacto con las originales, consiguiendo su magnífica y oscura ambientación devolvernos a aquellos tiempos en los que 'La guerra de las galaxias' era un referente.

George Lucas consigue, tras dos intentos fallidos, encontrar lo que sobretodo los fans de la saga pedían. Con una ambientación más propia de las tres primeras (por lanzamiento), todo resulta mucho más fácil. Aunque el montaje flojea bastante, e incluso corta un poco a veces el desarrollo, eso queda reducido a una minucia después de ver los errores de sus predecesoras más recientes. Con una historia que por fin ofrece algo interesante, y mucho, de hecho. Aunque todos conocíamos cómo acababa la historia, se nos cuenta de manera ágil pero densa, de forma que al fin el espectador consigue comprender a los personajes por sí mismos (sin tirar de videoteca o de memoria). A todo esto, hay que sumarle los que son sin duda alguna los mejores momentos de esta nueva trilogía, que comienzan cuando pasamos la hora de metraje y que podrían, incluso, estar dentro de los mejores momentos de la hexalogía (o hepta, contando 'Las guerras clon') por peso argumental y por puesta en escena.

Ewan McGregor sigue sosteniendo la película a nivel interpretativo, ya que la presencia de Christopher Lee es corta. A cambio, gana espacio Samuel L. Jackson, a quien no acabo de encajar en esta saga pero que es necesario en esta película y cumple su cometido ampliamente. Natalie Portman hace su mejor papel dentro de las tres películas, con muchos más matices y con mucha más expresividad incluso en los momentos en los que su personaje debe ser una roca, cosa que se agradece porque al fin consigue darle vida. Por otro lado, Hayden Christensen sigue en su mundo. El chaval parece que no tiene remedio, y su personaje solamente gana algo de alma gracias al maquillaje en los últimos 70 minutos. Ian McDiarmid, a quien he olvidado mencionar en las dos críticas anteriores (y no tengo excusa, es un fallo garrafal) está más que correcto, sobretodo cuando se "descubre" su otra cara.

Resumiendo, que es gerundio: la mejor película de esta nueva trilogía, con muchísima diferencia, digna más de perteneces a la original que a estas precuelas (por calidad). Momentos para el recuerdo y diálogos legendarios, que tapan a los no tan legendarios que hubo en las dos anteriores y sigue habiendo, aunque en menor medida, también en esta. Ewan McGregor pasa a la historia como un gran 'Jedi', y George Lucas devuelve la esperanza a los que creen en la fuerza. Lucas acaba casi tan bien como empezó a finales de los 70 con esta saga. Aunque deteste los guiones de las dos anteriores, por mi parte queda perdonado. Y John Williams sigue haciendo que se me ponga la piel de gallina.