La tercera entrega de Spiderman cierra la saga. Aunque en principio la idea era hacer una cuarta parte con el mismo equipo, finalmente se decidió hacer un reboot, como todos sabemos ya a estas alturas.

Sam Raimi pone punto final a sus andanzas al timón de las películas de Spiderman. El trabajo de Raimi no está a la altura de las dos primeras entregas, ya que en esta ocasión se depende demasiado de la espectacularidad de los efectos especiales y, aunque los personajes siguen teniendo conflictos interiores, la fuerza de los mismos es bastante inferior a lo visto con anterioridad. Esta tercera parte confirma aquello tan famoso y tan repetido del "big, bigger, biggest" que tanto gusta en América para aplicar a las grandes sagas. Raimi sigue mostrando oficio a la hora de rodar grandes escenas, como nos demuestra al final, en una larga secuencia en la que el movimiento de las cámaras consigue dar al espectador el punto de vista tanto de los protagonistas como de los curiosos que se agolpan en el lugar. La banda sonora es un puntazo en esta ocasión, siendo parte importante del desarrollo de la película por estar unida al estado de ánimo del protagonista. Para mí, el mayor error es no haber introducido antes a Venom, que es un personaje que da muchísimo juego y que podría haber protagonizado escenas (en plural) legendarias.

Tobey Maguire hace su mejor trabajo en la trilogía. Aquí el actor tiene que lidiar con varias facetas de un personaje que es despiadado, gracioso, egoísta, tierno e impulsivo hasta límites insospechados. En la faceta diabólica se descubre a un Maguire nacido para interpretar a un psicópata, siendo ese su mayor triunfo. Kirsten Dunst está bastante bien, pese a que su personaje pierde peso en pantalla (no pierde importancia, ojo). Lo mismo sucede con James Franco, que aun así sigue demostrando que es un pedazo de actor. Otro actorazo como Thomas Haden Church es el elegido para interpretar a uno de los villanos y el de Texas lo hace de maravilla. El otro malo está interpretado por Topher Grace, que también cumple con su labor. Rosemary Harris, J.K. Simmons y Bill Nunn siguen soberbios.

Resumiendo, que es gerundio: tras anunciarse la presencia de Venom en la tercera parte de Spiderman, los fans se alegraron un montón, pero visto el resultado (aunque el personaje es una pasada, esteticamente hablando), a uno le queda la sensación de que la trilogía no ha tenido el final que merecía. Aun así, sigue entreteniendo y mucho.