Siempre he pensado que las secuelas de los clásicos Disney son casi aberraciones (se salvan un par) y La Cenicienta 2 es uno de los ejemplos más claros. Llegó 52 años después de la primera en una época en la que la falta de imaginación de la Disney era alarmante y lo hizo para aprovecharse del buen nombre de su protagonista. Una protagonista que, por otro lado, se convertía en princesa en una de las películas con trasfondo más materialista que ha dado el cine a lo largo de su historia (chica que se enamora del sueño de ser princesa, príncipe que se enamora de un físico...) y que, sin embargo, pasó a representar el sueño de muchas generaciones. Curioso, cuanto menos.

John Kafka, cuyo trabajo como director empezaría y acabaría con La cenicienta dos, se encarga de tres historias a cuál más aburrida. Realmente no son del todo malas en lo relativo al guion, pero éstos son tan básicos en los tres episodios que producen un profundo sopor. Se entiende que es una película para niños y no para toda la familia, con lo que los pequeños de la casa se lo pasarán teta viendo al gatito y a la gatita persiguiendo a los simpáticos ratones, pero más allá de eso no hay absolutamente nada. Son tres historias que giran en mayor o menos medida alrededor de Cenicienta y que sirven de excusa a la Disney para intentar hacer caja gracias al merchandising (volviendo a sacar muñequitas de Cenicienta y esas cosas) en otra jugarreta más de la casa de Mickey Mouse que, en este caso, engaña al espectador con la promesa de una falsa película que tenga algo que ver con el clásico de 1950.

Resumiendo, que es gerundio: La Cenicienta 2 es una película infantil floja y una película, en términos generales, muy mala. Un intento de sacar dinero hundiendo el nombre de un clásico que fue llevado al cine de forma poco ética por parte de una de las empresas más famosas del séptimo arte. Todo muy "made in Disney", vamos...