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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
5
Terror. Thriller La joven Christine Brown (Alison Lohman) trabaja en un banco de Los Ángeles concediendo préstamos hipotecarios. Un día la señora Ganush, una misteriosa anciana (Lorna Raver), va al banco para pedirle una moratoria, pero Christine se la niega, y la señora Ganush pierde su casa. La anciana decide entonces vengarse lanzándole una maldición que convierte su vida en un infierno. Ante la incomprensión de su escéptico novio Clay Dalton (Justin ... [+]
8 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arrástrame al infierno es una comedia de terror en la que se ofrece al público nuevo una versión actualizada de un género que pareció desaparecer hace ya algún tiempo.

Sam Raimi vuelve a sus orígenes con Arrástrame al infierno. Desde el primer momento y hasta que la película concluye, su firma está por todas partes. La narración de la historia es pretendidamente atolondrada y Raimi no se preocupa en ningún momento por intentar sorprender al espectador por ahí. En lugar de eso, lo que hace es convertir la película en un exceso absoluto que muestra su buen estado de forma y que este autohomenaje que es Arrástrame al infierno no tiene más pretensión que la de divertir, bien sea con la carcajada más sonora, bien con la imagen más grotesca posible o, por qué no, también con algunos sobresaltos, sustentados mayormente en los efectos de sonido, realmente bien preparados. A nivel visual, nos encontramos con un producto moderno, comercial, cargado de luz y de color incluso cuando hay ambiente sombrío, eso es lo que utiliza Raimi como escaparate para las nuevas generaciones y no le funciona nada mal el experimento. La combinación de un terror físico, explícito y chocante con la imagen cargada de tonos vivos y luces potentes le sirve al director para ser fiel a sus primeros fans y ganarse otros que lo conocían solamente por Spiderman.

Alison Lohman no es la actriz a la que la mayoría contrataríamos para nuestra película. Tiene carencias graves, y es demasiado moderada incluso cuando se le exige exageración. Sin embargo, es mona y eso casa con la apariencia externa que quiere proyectar Raimi y, por extensión, la película entera. Con Justin Long pasa un poco lo mismo y además, aquí, su personaje es casi una cabeza con algunas frases prefabricadas que no tiene la necesidad de pensar por sí misma. Lorna Raver, cuya única función es abrir la boca y lucir el espléndido trabajo que hacen con ella los del equipo de caracterización, es la auténtica estrella de la película y eso, como digo, sin tener casi nada que hacer.

Resumiendo: Arrástrame al infierno es un producto fresco que, gracias a su capacidad para adaptar un género clásico a un tiempo moderno, se gana la etiqueta de original. Si lo que quieres es pasar auténtico miedo, te equivocas de sitio, no es tu película. Sin embargo, si buscas diversión y encontrarte con una parte de tu vida que quedó sepultada cuando este tipo de cine empezó a desaparecer, Arrástrame al infierno es un regalo de la leche.
Grijander
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