Media votos
5,5
Votos
1.969
Críticas
1.060
Listas
5
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Grijander:
4
5,5
15.608
Terror
El Agente Especial Strahm está muerto, y el Detective Hoffman es el sucesor de Jigsaw y su juego macabro. Sin embargo, cuando la Brigada de Investigación Criminal comienza a estrechar el cerco a Hoffman, lo forzarán a poner en marcha el juego complejo de Jigsaw, y por fin a entenderlo por completo... Sexta entrega de la sangrienta saga Saw. (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sexta parte de la serie (porque al final esto es más una serie que una saga) Saw empieza a cerrar tramas y deja claro que muchos de los datos de la anterior película eran relleno puro y que entre la quinta y la sexta parte no tienen peso para llenar una película de verdad. Pero el dinero manda, claro, y cuantas más secuelas mejor.
Kevin Greutert debuta en la dirección tras haber trabajado como editor anteriormente. Greutert sustituye a David Hackl, que defraudó en la quinta película, pero no mejora a su predecesor. Marcus Dunstan y Patrick Melton siguen intentando complicar las cosas con un guion que, a pesar del esfuerzo de ambos en hacerlo parecer interesante, da la impresión de estar bastante dejado, posiblemente pensando en que el terremoto narrativo sería capaz de ocultar que la historia tiene poco interesante que contar a estas alturas. Greutert, por su parte, se engancha al estilo policíaco al que ya nos tiene acostumbrados la saga y olvida casi por completa dar una buena cobertura a aquello que hizo que Saw fuese una película conocida. Los juegos aquí son ya paja pura hecha para hinchar el metraje y están puestos a disposición de la historia del protagonista, un Jigsaw que ha ido perdiendo impacto a la velocidad a la que la franquicia se ha empeñado en contarnos cualquier cosa sobre su pasado y ha convertido su obra en una mezcla de misticismo y egolatría que está muy lejos del planteamiento inicial de la idea.
Tobin Bell vuelve a estar presente y, como siempre, tiene menos trabajo que cualquier otro actor al no tener que mostrar ninguna expresión. Costas Mandylor mantiene un buen nivel, aunque el agujero autodestructivo de su personaje no le hace ningún favor. Betsy Russell gana un protagonismo casi mayoritario para deleite del público masculino y hace un trabajo bastante serio. Peter Outerbridge protagoniza el juego en esta ocasión y su interpretación no es mala, pero no puede sobreponerse al absoluto vacío de lo que, se supone, es su experiencia de redención. Destaca la aparición de Tanedra Howard, quien ganó el concurso Scream Queens y con él un papel en la película, y cuando digo que destaca lo digo por el curioso dato y no por su interpretación, que podría calificarse a medio camino entre lo aberrante y lo ridículo. Otra de las notas curiosas la pone la presencia de Darius McCrary (Eddie Winslow en Cosas de casa), desaparecido en combate desde hace años (metido en películas de bajo presupuesto y como actor eventual en series de televisión).
Kevin Greutert debuta en la dirección tras haber trabajado como editor anteriormente. Greutert sustituye a David Hackl, que defraudó en la quinta película, pero no mejora a su predecesor. Marcus Dunstan y Patrick Melton siguen intentando complicar las cosas con un guion que, a pesar del esfuerzo de ambos en hacerlo parecer interesante, da la impresión de estar bastante dejado, posiblemente pensando en que el terremoto narrativo sería capaz de ocultar que la historia tiene poco interesante que contar a estas alturas. Greutert, por su parte, se engancha al estilo policíaco al que ya nos tiene acostumbrados la saga y olvida casi por completa dar una buena cobertura a aquello que hizo que Saw fuese una película conocida. Los juegos aquí son ya paja pura hecha para hinchar el metraje y están puestos a disposición de la historia del protagonista, un Jigsaw que ha ido perdiendo impacto a la velocidad a la que la franquicia se ha empeñado en contarnos cualquier cosa sobre su pasado y ha convertido su obra en una mezcla de misticismo y egolatría que está muy lejos del planteamiento inicial de la idea.
Tobin Bell vuelve a estar presente y, como siempre, tiene menos trabajo que cualquier otro actor al no tener que mostrar ninguna expresión. Costas Mandylor mantiene un buen nivel, aunque el agujero autodestructivo de su personaje no le hace ningún favor. Betsy Russell gana un protagonismo casi mayoritario para deleite del público masculino y hace un trabajo bastante serio. Peter Outerbridge protagoniza el juego en esta ocasión y su interpretación no es mala, pero no puede sobreponerse al absoluto vacío de lo que, se supone, es su experiencia de redención. Destaca la aparición de Tanedra Howard, quien ganó el concurso Scream Queens y con él un papel en la película, y cuando digo que destaca lo digo por el curioso dato y no por su interpretación, que podría calificarse a medio camino entre lo aberrante y lo ridículo. Otra de las notas curiosas la pone la presencia de Darius McCrary (Eddie Winslow en Cosas de casa), desaparecido en combate desde hace años (metido en películas de bajo presupuesto y como actor eventual en series de televisión).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Resumiendo, que es gerundio: la entonces ministra de cultura Ángeles González Sinde dio a Saw VI la calificación de "película X", amparada por un séquito de imbéciles cuya inteligencia es solamente comparable a la de su jefa o a la de una ameba. Tras cortar algo más de tres minutos de metraje, la subnormal que más daño ha hecho al cine patrio decidió permitir su estreno, ocasionando pérdidas millonarias. Vale que la película es floja, pero prohibirla por ser "X" es como decir que Pocoyo incita a la violencia. Por cierto, ese mismo año, la Sinde colaboró con el guion de Mentiras y gordas y con su promoción, asegurando que era "una de las mejores películas del cine español". En la película, podemos ver desnudos integrales y escenas de sexo bastante explícitas. Pero claro, esa sí pasó por los cines sin cortes ni hostias. Sinde, muérete.