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Voto de Argoderse:
7
Thriller. Intriga. Drama Manuel (Antonio de la Torre), un influyente vicesecretario autonómico que lo tiene todo a favor para dar el salto a la política nacional, observa cómo su perfecta vida se desmorona a partir de unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción junto a Paco, uno de sus mejores amigos. Mientras los medios de comunicación empiezan a hacerse eco de las dimensiones del escándalo, el partido cierra filas y únicamente Paco sale ... [+]
30 de septiembre de 2018
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo", decía el maestro Ramón María del Valle Inclán. Y en síntesis, su sabiduría se evidencia en Manuel, el típico político afiliado a un determinado partido, que no ha dado un palo al agua en su vida. No conoce el esfuerzo, el mérito o la vida más allá de un partido político -mirad al Congreso o a vuestros ayuntamientos y veréis ejemplos reales del Manuel de turno-.

Mientras todos callan, las cuentas en Suiza están cubiertas y las mordidas a proyectos europeos siguen a la orden del día, toda la maquinaria sigue engrasada, no faltan los lujos y el sistema funciona. Ahora bien, cuando se producen las filtraciones y la presa no resiste la cantidad de mierda que contamina la democracia, entonces viene los problemas. Manuel es señalado. Expulsado de El reino. Un apestado que sin embargo no quiere caer solo y emprende una batalla por desenmascarar a todos los corruptos.

Con un ritmo frenético desde el principio, El reino engancha. Su historia, tan asquerosamente cotidiana, convence. Realidad y ficción casan perfectamente en la película de Sorogoyen, plagada de personajes muy elaborados. Pese a que Antonio de la Torre es el gran protagonista, aparece rodeado por impresionantes secundarios como Luis Zahera, Nacho Fresneda, Josep María Pou, Ana Wagener o Francisco Reyes. Este es uno de los fuertes del filme, que se va desenvolviendo correctamente hasta los compases finales.

Es ahí, en la última media hora, donde El reino se embarra y se va de madre. Deja a un lado todo lo bueno del principio y llega a ser incluso tramposa en algunas de sus conclusiones. Porque Sorogoyen no solo señala a los políticos en toda esta maquinaria corrupta. También al ciudadano de a pie y a los medios de comunicación que contribuyen a sostener ese reino putrefacto.

En mayor o menor medida, todos somos parte del problema, y también de la solución. Tenemos un hueco en ese cuadro pintado por Sorogoyen. Y estoy de acuerdo. Sin embargo, esto se aborda de refilón y se cierra con un final muy precipitado, incluso sesgado, que no está a la altura de todo lo anterior. En definitiva, una última media hora para olvidar donde se pierde todo el potencial previo -también Bárbara Lennie-.

Si no fuera por esa última media hora, El reino sería más que una película notable. Tiene todo. Buenos personajes, reparto, intriga, ritmo. Pero su embarullado desenlace la hace cojear. Y aún así consigue hacer reflexionar, que eso ya es digno de aplaudir. Quitando esa última parte, el lienzo que dibuja Sorogoyen es magnífico, para vergüenza de todos -sí, todos- los que formamos parte de una sociedad corrompida desde la cúpula hasta sus cimientos.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
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Argoderse
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