Tras la escena (escenón) en la cocina, "hardcore" total de Juan Luis Galiardo, al espectador le cuesta digerir todo lo que está pasando. El conjunto de la película es bastante realista dentro de un guión surrealista. Espera, espera... ¿Que él ha dicho que no quiere un hijo pequeño gordo y con gafas? ¿Que le ha dicho que vuelva para su casa y que aprenda a llorar?

Santiago (Juan Luis Galiardo) es el dueño de una mansión. Vive solo sin nadie que le dé los buenos días o se siente con él a comer o ver la tele. Tal es su soledad, que él mismo contrata a unos actores (primer "qué me estás contando") para que le acompañen durante todo el día de su cumpleaños. La cosa no acaba aquí, ya que los propios actores (no olvidemos en ningún momento que son actores) saben de sobra que él (Santiago) sabe que son actores (segundo "qué me estás contando"). Disculpad las redundancias o el lío formado, pero todo es tan enrevesado pero a su vez los tempos están tan bien marcados, que es una auténtica joya de guión y de película. En el trasfondo del asunto, repito, se esconde un drama tremendo... aún así la película se inclina más hacia la -así la llaman- comedia sofisticada. Las conversaciones, tanto fuera como dentro de la interpretación de la propia interpretación (joder, qué lío) son de admirar. Todas transcurren dentro del marco cómico, algunas más o menos disimuladas (como por ejemplo la charla sexual entre Juan Luis Galiardo y una jovencísima Elena Anaya, descojone padre). Una vez sabido todo el meollo, hay algunas escenas que echando la vista para atrás, ganan en calidad. Ahora me estoy acordando de cuando Galiardo, haciendo de "Troll Face" total que para eso es el que paga a los actores, juega de algún modo con ellos poniendo su capacidad interpretativa en cuestión (la escena del viaje a Amsterdan o cuando critica a la recién fallecida Amparo Muñoz su actuación de no reprocharle ante el hecho de que le guste otra mujer). También vemos directamente cómo jode un polvo "real"... ¡brutal! La única pega que se la puede poner es el personaje de la chica que "pincha" una rueda (voz doblada, denigrante) o básicamente que se desconozcan las causas de por qué Santiago contrata a los actores. Salvo eso, creo que es una película inteligentísima y que cuenta con unos personajes diseccionados con mucho acierto. Se me ha pasado en un pis pas y me ha mantenido como una lapa en el sofá. Sin reparos digo que acabo de ver una pequeña gran joya del cine español.