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España España · Badalona
Voto de Toxicosmos:
9
Romance. Drama Nueva York, años 50. Therese Belivet (Rooney Mara), una joven dependienta de una tienda de Manhattan que sueña con una vida mejor, conoce un día a Carol Aird (Cate Blanchett), una mujer elegante y sofisticada que se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz. Entre ellas surge una atracción inmediata, cada vez más intensa y profunda, que cambiará sus vidas para siempre. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen películas que no se ruedan sino que se deslizan con suavidad y delicadeza. Carol de Todd Haynes es una obra que durante todo su metraje se mueve con extrema sutilidad, elegancia y belleza.

La trama es sencilla, Therese (Rooney Mara) y Carol (Cate Blanchett), dos mujeres con distintas vidas en el Nueva York de los años 50 empiezan a sentirse atraídas iniciando un tipo de relación que explorará los límites de la moral imperante entonces y del sentido que ellas quieren dar a sus vidas y a su propia sexualidad.

Las dos protagonistas dan una maravillosa, una excelsa, lección de interpretación. Están sublimes interpretando respectivamente a una joven que comienza a descubrir el mundo y su sexualidad y a una mujer que se ha descubierto, que irradia seguridad, elegancia, clase y que ha descubierto ya hace tiempo en que consiste la vida. O al menos su vida.

Carol son sus miradas, sus gestos, sus delicadas voces, sus precisos planos, los sutiles detalles que impregnan la pantalla y la historia de pura estética y sentido. Una caricia, un casual desliz en la espalda, un roce en el cuello o dejar caer suavemente un perfume en la muñeca. Eso es la película porque Todd Haynes sabe cómo captar la belleza que hay en los pequeños gestos y como se construye el amor y la seducción a través de ello. Casi puedes notar como los dedos de la pantalla, esos dedos tan importantes en este relato, tocan suavemente tu piel.

El trabajo de puesta de escena, el acabado de la película y su música dan la sensación de estar milimetrados y cuidadísimos. Todo detalle tiene importancia en la película. Por ejemplo todos los numerosos planos de las miradas de Therese a través de ventanas y cristales mirando a una realidad que aún no sabe interpretar.

La contención de toda la primera parte de la película que posteriormente estalla la dotan de una estructura que equilibra muy acertadamente la estética, la historia y la reflexión. En Carol no solo destaca su belleza sino que también explica una historia llena de matices, llena de descubrimiento, indecisión, trayectorias vitales y esperanzas. La joven con la vida por hacer y la mujer que ya ha hecho su vida, con hijo y marido incluidos. La primera aún no ha aprendido a decir no en la vida y la segunda da la sensación de haberlo dicho tantas veces que casi mira a la realidad desde arriba. Carol transmite esa experiencia en cada gesto, en cada mirada, en como ladea la cabeza frente a ella. No adoctrina, solo se muestra delante de ella como mujer. Therese, frente a ella, se embriaga de lo que le muestra, se deja seducir sin estar siendo deliberadamente seducida. Entre ambas surge algo que va más allá de la atracción y el deseo para crear un vínculo cercano a la emoción pura que fluye sin más, repleto de naturalidad.

Todo en Carol está impregnado de belleza, todo encaja, todo tiene sentido. Entre ellos una escena final que corta el aliento. Sin duda una de las mejores películas que veremos por aquí este año.

https://incertidumbreycine.wordpress.com/2016/03/13/carol-todd-haynes-2015/
Toxicosmos
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