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Voto de Valkiria:
6
2002
6,1
228
Documental
Rosanna Arquette se pregunta por qué Debra Winger dejó la profesión en la cumbre de su carrera. Éste es el punto de partida del acercamiento a actrices de Hollywood y Europa de la talla de Jane Fonda, Holly Hunter, Whoopi Golberg, Sharon Stone, Melanie Griffith, mujeres que, en cuanto han dejado atrás la juventud, han sido olvidadas por la industria cinematográfica. Hablan de sus experiencias, especialmente de cómo lograron compaginar ... [+]
8 de noviembre de 2011
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rosanna Arquette se rinde tributo a sí misma junto a un buen tropel de primeras actrices de Hollywood desterradas de los grandes estudios una vez se han convertido en madres o han pasado de los cuarenta y tantos. El porqué, tratan de revelarlo a través de conversaciones quizás demasiado metafóricas -un resto al documental- entre grandes nombres como el de Whoopi Goldberg, Rosanna y Patricia Arquette, Melanie Griffith, Daryl Hannah, Holly Hunter, Diane Lane, Frances McDormand, Julia Ormond, Jane Fonda y Vanessa Redgrave, Robin Wright, Sharon Stone o la propia Debra Winger.
El lugar que ocupaban todas ellas en la industria americana del cine ha sido usurpado por actrices de veinte a treinta y pocos años, de escaso talento y sin tablas, que compensan con físicos espectaculares. Es la generalidad, no la norma. Rosanna aprecia por supuesto la peculiaridad de las que continúan en la cresta de la ola y de las que han seguido conservándose en la cima, -lo que es más importante, “sin perder su integridad”-, como Sarandon, Streep o Charlotte Rampling (esta última también participa en el documental).
Muchas de sus protagonistas, confiesan, se han vendido a papeles conscientemente malos para salir del paso o han acabado su estrellato en la televisión. Arquette pone en valor la dignidad de Debra Winger o de Jane Fonda, cuando ambas, de manera voluntaria, deciden dejar el mundo del celuloide, que ya únicamente ofrece a las actrices mayores de 40 años papeles arquetípicos como "amigas de", "suegras de" o "madres de".
Al mismo tiempo debaten sobre el papel que la maternidad ha tenido en sus carreras aceptando, -casi a coro- que se han sentido culpables por trabajar y dejar a sus hijos en casa y al revés, por criar a sus hijos rechazando golosas interpretaciones.
Una de las claves la ofrece un productor de cine americano, por cierto, el único hombre que opina en el documental, -gran desacierto por parte de Rosanna- al manifestar que Hollywood presupuesta 3.000 millones anuales para películas dirigidas al público adolescente. Las preferencias de los menores de 25 años son la ciencia ficción o los efectos especiales. Un cartel de “Lara Croft” aparece detrás de esta confesión.
Pero entonces, se dicen ellas… ¿Qué ocurre con las mujeres de 55 años que quieren verse retratadas en la pantalla? ¿Por qué está discriminado este sector de población de las salas de cine? ¿Por qué la madurez femenina no encuentra papeles con personalidad o buenas historias que recrear? Y lo que es peor… ¿por qué interpretan actrices de 30 años, a mujeres de 55?
Melanie Griffith hace memoria y comenta que, ya con 35 años empezaban a preguntarle si quizás, se sentía preocupada por ir poco a poco dejando de trabajar. Ella, en pleno apogeo, no lo entendía. Cuando por entonces, tenía confirmadas tres películas por año, ni se le antojaba la idea de que el cine la rechazara algún día.
¿Dónde está Melanie Griffith?
No hay spoiler.
El lugar que ocupaban todas ellas en la industria americana del cine ha sido usurpado por actrices de veinte a treinta y pocos años, de escaso talento y sin tablas, que compensan con físicos espectaculares. Es la generalidad, no la norma. Rosanna aprecia por supuesto la peculiaridad de las que continúan en la cresta de la ola y de las que han seguido conservándose en la cima, -lo que es más importante, “sin perder su integridad”-, como Sarandon, Streep o Charlotte Rampling (esta última también participa en el documental).
Muchas de sus protagonistas, confiesan, se han vendido a papeles conscientemente malos para salir del paso o han acabado su estrellato en la televisión. Arquette pone en valor la dignidad de Debra Winger o de Jane Fonda, cuando ambas, de manera voluntaria, deciden dejar el mundo del celuloide, que ya únicamente ofrece a las actrices mayores de 40 años papeles arquetípicos como "amigas de", "suegras de" o "madres de".
Al mismo tiempo debaten sobre el papel que la maternidad ha tenido en sus carreras aceptando, -casi a coro- que se han sentido culpables por trabajar y dejar a sus hijos en casa y al revés, por criar a sus hijos rechazando golosas interpretaciones.
Una de las claves la ofrece un productor de cine americano, por cierto, el único hombre que opina en el documental, -gran desacierto por parte de Rosanna- al manifestar que Hollywood presupuesta 3.000 millones anuales para películas dirigidas al público adolescente. Las preferencias de los menores de 25 años son la ciencia ficción o los efectos especiales. Un cartel de “Lara Croft” aparece detrás de esta confesión.
Pero entonces, se dicen ellas… ¿Qué ocurre con las mujeres de 55 años que quieren verse retratadas en la pantalla? ¿Por qué está discriminado este sector de población de las salas de cine? ¿Por qué la madurez femenina no encuentra papeles con personalidad o buenas historias que recrear? Y lo que es peor… ¿por qué interpretan actrices de 30 años, a mujeres de 55?
Melanie Griffith hace memoria y comenta que, ya con 35 años empezaban a preguntarle si quizás, se sentía preocupada por ir poco a poco dejando de trabajar. Ella, en pleno apogeo, no lo entendía. Cuando por entonces, tenía confirmadas tres películas por año, ni se le antojaba la idea de que el cine la rechazara algún día.
¿Dónde está Melanie Griffith?
No hay spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La esposa de Banderas tiene 54 años y está acabada. Su compañero Tom Hanks, en “La hoguera de las vanidades”, -uno de los últimos papeles importantes de Griffith-, 55 y sin embargo, una colección de grandes títulos en los últimos años como “Náufrago”, “Camino a la perdición”, “Atrápame si puedes”, “La terminal”, “La milla verde” y otras.
Tom Hanks, fue también compañero de Daryl Hannah en “1, 2, 3, Splash” de Ron Howard, rodada en 1984. Daryl apenas volvió a dar la cara un par de veces, junto a Robert Redford en “Peligrosamente juntos” y en “Wall Street” con Michael Douglas siendo luego desenterrada momentáneamente por Tarantino en “Kill Bill”. Pero… el caso: ¿qué hizo entretanto Michael Douglas, 17 años mayor que ella, después del papel que le valió el Oscar?
Sólo unos títulos: “Black Rain”, “Instinto Básico” -junto a Sharon Stone, reaparecida en “Casino” para luego volver al ostracismo-, “Acoso”, junto a Demi Moore, -casi moribunda-, “Traffic” o “The Game”, con su joven esposa en la de Iñárritu y Sean Penn en la de Fincher.
Del mayor peso en la balanza de Sean Penn sobre Robin Wright no hace falta aportar datos para confirmar la teoría de Rosanna. La desventaja en la carrera de quienes fueran pareja en “Oficial y Caballero” – Debra Winger y Richard Gere- es brutal. Y mucho mayor aún si nos referimos al tándem De Niro-Sharon Stone.
“Hotel Ruanda”, “Affliction”, “La delgada línea roja” o “Giro al infierno”, son sólo algunos de los filmes protagonizados en la última década por Nick Nolte, atención, de 70 años. Rosanna Arquette, su análoga en "Historias de Nueva York" cumple 52. No la recuerdo fuera de aquella triología de 1989, en la que ella era dirigida por Scorsese, con justitos, treinta años porque ahí se acabó todo.
Desapareció de la faz de la tierra para volver, con mala hostia, y muy resentida, en este documental desapercibido, en el que sin embargo no hace más que poner en relieve una triste realidad: no hay vida para ellas después de los 40.
Tom Hanks, fue también compañero de Daryl Hannah en “1, 2, 3, Splash” de Ron Howard, rodada en 1984. Daryl apenas volvió a dar la cara un par de veces, junto a Robert Redford en “Peligrosamente juntos” y en “Wall Street” con Michael Douglas siendo luego desenterrada momentáneamente por Tarantino en “Kill Bill”. Pero… el caso: ¿qué hizo entretanto Michael Douglas, 17 años mayor que ella, después del papel que le valió el Oscar?
Sólo unos títulos: “Black Rain”, “Instinto Básico” -junto a Sharon Stone, reaparecida en “Casino” para luego volver al ostracismo-, “Acoso”, junto a Demi Moore, -casi moribunda-, “Traffic” o “The Game”, con su joven esposa en la de Iñárritu y Sean Penn en la de Fincher.
Del mayor peso en la balanza de Sean Penn sobre Robin Wright no hace falta aportar datos para confirmar la teoría de Rosanna. La desventaja en la carrera de quienes fueran pareja en “Oficial y Caballero” – Debra Winger y Richard Gere- es brutal. Y mucho mayor aún si nos referimos al tándem De Niro-Sharon Stone.
“Hotel Ruanda”, “Affliction”, “La delgada línea roja” o “Giro al infierno”, son sólo algunos de los filmes protagonizados en la última década por Nick Nolte, atención, de 70 años. Rosanna Arquette, su análoga en "Historias de Nueva York" cumple 52. No la recuerdo fuera de aquella triología de 1989, en la que ella era dirigida por Scorsese, con justitos, treinta años porque ahí se acabó todo.
Desapareció de la faz de la tierra para volver, con mala hostia, y muy resentida, en este documental desapercibido, en el que sin embargo no hace más que poner en relieve una triste realidad: no hay vida para ellas después de los 40.