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Voto de Miquel:
7
1981
7,4
1.068
Documental
La actriz Lola Herrera representa todas las noches el monólogo de Miguel Delibes "Cinco horas con Mario". A medida que pasa el tiempo, experimenta un gran cambio en su personalidad, llegando a confundir su vida con la de Carmen Sotillo, el personaje de la función. Encerrados en su camerino, Lola Herrera y Daniel Dicenta, separados tras varios años de matrimonio, hablan y discuten mientras repasan su vida en común. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2009
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film realizado por Josefina Molina (“Esquilache”, 1988). El guión, de José Sámano y Josefina Molina, incorpora varios fragmentos de la obra teatral “5 horas con Mario” (1981), de Miguel Delibes, escrita a partir de su novela del mismo título (1966). Se rueda en escenarios reales de calles y de un teatro de Madrid y en estudio con dos escenarios principales: el camerino de la actriz y el espacio escénico en el que se representa la obra de Delibes. Producido por José Sámano para Sabre Films, se estrena el 26-X-1981 (Madrid).
La acción dramática tiene lugar en Madrid en 1981. Se basa en una conversación abierta y sincera de Lola Herrera (Herrera), de 46 años, y Daniel Dicenta (Dicenta), que estuvieron casados durante 5 años hasta su separación de hecho. Añade insertos que explican aspectos de la vida de Lola, sacan la acción del camerino y la airean con la intervención de otros actores, nuevos personajes y temas diferentes que enriquecen la acción. Recientemente Lola ha interpuesto demanda de nulidad matrimonial, por lo que Daniel le hace una visita de cortesía.
El film desarrolla un drama que refleja en gran medida aspectos biográficos de la pareja protagonista. La conversación que mantienen es respetuosa, sincera y descarnada. Las preguntas que plantea Lola, las respuestas que obtiene, la reflexión que establece, la búsqueda de las causas del fracaso de su matrimonio y un cúmulo de aspectos que llenan un debate sin pausa y sin desperdicio, brindan la oportunidad de que se reflejen en pantalla los problemas y las dificultades específicas que han sufrido las mujeres españolas de una generación concreta, las nacidas entre 1930 y 1950.
El modelo de mujer que inspira la educación del momento pregona un conjunto de virtudes femeninas específicas y de género, como la sumisión, la abnegación, la inferioridad respecto del marido, la obediencia debida al mismo, la diligente atención en exclusiva de las labores de la casa, la misión de tener cuidado de los hijos hasta la extenuación y la subordinación afectiva y sexual al varón, entre otras. Se postula la exclusión de la mujer de la educación, la enseñanza y la cultura, en beneficio de su dedicación preferente a la tarea de la procreación El modelo virtuoso de sumisión, obediencia e ignorancia, acarrea consecuencias que afectan a todas las mujeres de una generación marcada por convenciones absurdas, tópicos opresivos, concepciones éticas extravagantes y concepciones monstruosas. La eclosión de libertades que aporta al país la II República, de modo especialmente intenso en sus dos primeros años de existencia (1931-1933) y que tienen relación principal con la mujer, experimenta en 1936-39 una regresión inverosímil. Las mujeres son las mayores víctimas del proceso de regresión. La cinta no dice, pero el lector puede leer entre líneas, que la estrafalaria educación de la mujer durante la posguerra española no es inocua. Josefina Molina explica con sugerencias sus consecuencias.
La acción dramática tiene lugar en Madrid en 1981. Se basa en una conversación abierta y sincera de Lola Herrera (Herrera), de 46 años, y Daniel Dicenta (Dicenta), que estuvieron casados durante 5 años hasta su separación de hecho. Añade insertos que explican aspectos de la vida de Lola, sacan la acción del camerino y la airean con la intervención de otros actores, nuevos personajes y temas diferentes que enriquecen la acción. Recientemente Lola ha interpuesto demanda de nulidad matrimonial, por lo que Daniel le hace una visita de cortesía.
El film desarrolla un drama que refleja en gran medida aspectos biográficos de la pareja protagonista. La conversación que mantienen es respetuosa, sincera y descarnada. Las preguntas que plantea Lola, las respuestas que obtiene, la reflexión que establece, la búsqueda de las causas del fracaso de su matrimonio y un cúmulo de aspectos que llenan un debate sin pausa y sin desperdicio, brindan la oportunidad de que se reflejen en pantalla los problemas y las dificultades específicas que han sufrido las mujeres españolas de una generación concreta, las nacidas entre 1930 y 1950.
El modelo de mujer que inspira la educación del momento pregona un conjunto de virtudes femeninas específicas y de género, como la sumisión, la abnegación, la inferioridad respecto del marido, la obediencia debida al mismo, la diligente atención en exclusiva de las labores de la casa, la misión de tener cuidado de los hijos hasta la extenuación y la subordinación afectiva y sexual al varón, entre otras. Se postula la exclusión de la mujer de la educación, la enseñanza y la cultura, en beneficio de su dedicación preferente a la tarea de la procreación El modelo virtuoso de sumisión, obediencia e ignorancia, acarrea consecuencias que afectan a todas las mujeres de una generación marcada por convenciones absurdas, tópicos opresivos, concepciones éticas extravagantes y concepciones monstruosas. La eclosión de libertades que aporta al país la II República, de modo especialmente intenso en sus dos primeros años de existencia (1931-1933) y que tienen relación principal con la mujer, experimenta en 1936-39 una regresión inverosímil. Las mujeres son las mayores víctimas del proceso de regresión. La cinta no dice, pero el lector puede leer entre líneas, que la estrafalaria educación de la mujer durante la posguerra española no es inocua. Josefina Molina explica con sugerencias sus consecuencias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El film emplea la figura del marido como medio para que Lola desarrolle su reflexión y sus intentos de conocerse, identificarse, definirse, comprenderse y resituarse. El marido hace funciones de confidente que escucha mucho, aporta pocas respuestas relevantes y se muestra como un personaje que desarrolla, probablemente, una gran lucha interior para acomodar su conducta aparente a las virtudes masculinas del discurso oficial. Es Lola la que llena la pantalla con su presencia menuda e inquieta, su inteligencia y sus palabras. Reproduce aspectos de su experiencia personal, que son trascendentes y que explican una realidad que ha marcado la vida de muchas mujeres, algunas de las cuales sólo han tenido ocasión de callar siempre o, a lo sumo, de rebelarse tras la muerte del marido, como es el caso de Carmen Sotillo (Herrera) en “5 horas con Mario”. Son interesantes por la carga simbólica y testimonial que aportan los insertos de la comparencia de Lola ante un representante del Tribunal Eclesiástico, la conversación con su amiga Juana Ginzo y los buenos consejos que le da, etc.
Los diálogos se improvisan a partir de unas pautas sólo esbozadas. De ese modo, la obra adquiere un nivel de naturalidad, realismo y espontaneidad, que constituye uno de sus valores principales. No se detiene en teorías, no explica principios y no argumente contrapropuestas. Habla de vivencias. Por ello se aproxima al espectador, especialmente al coetáneo de los protagonistas, que se ve reflejado en la pantalla. El rodaje se hace en un decorado construido al efecto, provisto de 4 cámaras ocultas y 7 micrófonos disimulados, de modo que los actores se sienten cómodos y en un ambiente de intimidad, propicio para la confesión y la sinceridad. El film, de gran valor documental, debería formar parte de las listas habituales de películas dedicadas a tratar problemas de la mujer. El hecho que la explicación se base en una experiencia personal autobiográfica y sea expuesta por los propios interesados, hace que el film adquiera una dimensión que lo diferencia de otros similares en las formas, aunque diferentes en estilo y contenidos. No hace falta señalar que la obra tiene un alcance emotivo de una gran intensidad.
La banda sonora, de Alejando Massó y Luis Eduardo Aute, combina cortes de música del momento y fragmentos de solos de piano y composiciones orquestales de Beethoven, que acompañan la acción sin provocar distracciones. La fotografía, próxima a las técnicas de los actuales reality-shows y del docudrama, compone escenas y secuencias de extraordinario verismo y de un portentoso alcance dramático.
Bibliografía
Elena OROZ, “Función de noche”, ‘Blogs&Docs’, blogs&docs.com, 4-II-2008.
Gracias, Gilbert
Los diálogos se improvisan a partir de unas pautas sólo esbozadas. De ese modo, la obra adquiere un nivel de naturalidad, realismo y espontaneidad, que constituye uno de sus valores principales. No se detiene en teorías, no explica principios y no argumente contrapropuestas. Habla de vivencias. Por ello se aproxima al espectador, especialmente al coetáneo de los protagonistas, que se ve reflejado en la pantalla. El rodaje se hace en un decorado construido al efecto, provisto de 4 cámaras ocultas y 7 micrófonos disimulados, de modo que los actores se sienten cómodos y en un ambiente de intimidad, propicio para la confesión y la sinceridad. El film, de gran valor documental, debería formar parte de las listas habituales de películas dedicadas a tratar problemas de la mujer. El hecho que la explicación se base en una experiencia personal autobiográfica y sea expuesta por los propios interesados, hace que el film adquiera una dimensión que lo diferencia de otros similares en las formas, aunque diferentes en estilo y contenidos. No hace falta señalar que la obra tiene un alcance emotivo de una gran intensidad.
La banda sonora, de Alejando Massó y Luis Eduardo Aute, combina cortes de música del momento y fragmentos de solos de piano y composiciones orquestales de Beethoven, que acompañan la acción sin provocar distracciones. La fotografía, próxima a las técnicas de los actuales reality-shows y del docudrama, compone escenas y secuencias de extraordinario verismo y de un portentoso alcance dramático.
Bibliografía
Elena OROZ, “Función de noche”, ‘Blogs&Docs’, blogs&docs.com, 4-II-2008.
Gracias, Gilbert