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Voto de leiradiction:
8
19 de abril de 2022
199 de 253 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Eggers vuelve con una épica historia de venganza vikinga. Una apuesta arriesgada. El novel director americano, que tan buenas sensaciones ha dejado con sus dos primeros largometrajes, se enfrentaba al desafío de una superproducción centrada en un tema tan manido como el de la venganza – que tantas y tantas veces nos hemos encontrado en el cine. Pese a la dificultad de sorprender y salir airoso, Eggers logra convencernos desde sus fortalezas: la potencia de las imágenes, la provocación de los sentimientos y la construcción de un espectáculo visual fuera de lo convencional. No es la historia la que nos envuelve, ni los diálogos los que nos persuaden, sino la fuerza de las emociones que Eggers provoca en nosotros a base de rituales, gruñidos, escenarios y momentos cuasidelirantes. Nos convence de que nosotros también queremos venganza, nos mete el desagravio en vena, y seguimos las peripecias del protagonista empatizando con él, aunque conscientes de estar inmersos en un mundo cuya moralidad no es la nuestra, sino que se rige por códigos distintos.
Se trata del mejor trabajo de Eggers, aunque los dos primeros ya daban muestras del talento del director. En The Northman, Eggers logra por fin conjugar su mayor talento, el visual (cabe recordar que gran parte de su carrera previa a su debut como director en La Bruja la realiza como diseñador de producción), con el narrativo. Deja atrás la cierta inmadurez de La Bruja y la abstracción de El Faro, para brindar una historia simple pero efectiva, unos diálogos parcos pero eficaces, y una construcción de los personajes a los que comprendemos de inmediato. El resultado es un grandioso espectáculo de mitología y realismo mágico, que nos mantiene pegados a la butaca durante las dos horas y cuarto que dura la película, y que pasan como un suspiro.
No quiero olvidarme de Nicole Kidman y Ethan Hawke, que en mi opinión destacan entre el buen desempeño general de los actores. Tanto la una como el otro representan el corazón de lo que intenta conseguir esta película, que es trasladarnos a un mundo distinto, con reglas alternativas. En definitiva, la cuadratura del círculo de este excelente y prometedor director, que con The Northman nos da la primera de tantas grandes cintas con las que seguro nos deleitara a lo largo de su carrera.
Se trata del mejor trabajo de Eggers, aunque los dos primeros ya daban muestras del talento del director. En The Northman, Eggers logra por fin conjugar su mayor talento, el visual (cabe recordar que gran parte de su carrera previa a su debut como director en La Bruja la realiza como diseñador de producción), con el narrativo. Deja atrás la cierta inmadurez de La Bruja y la abstracción de El Faro, para brindar una historia simple pero efectiva, unos diálogos parcos pero eficaces, y una construcción de los personajes a los que comprendemos de inmediato. El resultado es un grandioso espectáculo de mitología y realismo mágico, que nos mantiene pegados a la butaca durante las dos horas y cuarto que dura la película, y que pasan como un suspiro.
No quiero olvidarme de Nicole Kidman y Ethan Hawke, que en mi opinión destacan entre el buen desempeño general de los actores. Tanto la una como el otro representan el corazón de lo que intenta conseguir esta película, que es trasladarnos a un mundo distinto, con reglas alternativas. En definitiva, la cuadratura del círculo de este excelente y prometedor director, que con The Northman nos da la primera de tantas grandes cintas con las que seguro nos deleitara a lo largo de su carrera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tras ser rescatado por Olga, Amleth está a punto de abandonar su plan de venganza. La película cambia de tono, la música indica un cambio de tendencia, y Amleth racionaliza perfectamente la decisión que debe tomar. Su venganza estaba basada en tres errores. Error 1: “I’m gonna avenge you father”. ¿Para qué? Tu padre era un tirano, probablemente peor que el nuevo rey. Tenía esclavos, una de las cuales era tu madre, a la que forzó sexualmente para concebirte. Un auténtico canalla. Error 2: “I’m gonna save you, mother”. Peor error si cabe. Tu madre está encantada con el asesino de tu padre, de hecho, su asesinato fue cosa suya. Ni te quiere, ni te querrá, ni te ha querido nunca. Eres el símbolo de su esclavitud, y de un pasado que detesta y que ha decidido borrar a base de mandobles de espada de tu tío. “I’m gonna kill you Fjölnir”. ¿Por qué? Parece que la aldea está contenta con tu tío que, admitámoslo, no es mala gente. Dentro de la moralidad vuestra es un buen rey, tu madre lo ama, tiene un par de hijos a los que vas a dejar huérfanos y, lo peor de todo, es fuerte como una roca y va a ser jodido de asesinar. Tres errores que vamos descubriendo poco a poco y que hacen dudar a Amleth. Además, hasta conocer a Olga, la sed de venganza había movido su vida y sus acciones. Pero tras encontrarla a ella, ¿qué sentido tiene su obsesión por la venganza? Eggers y Amleth nos hacen dudar hasta el extremo. Parece que la película podría acabar sin que la venganza se consume, y siendo sinceros, es lo mejor que el protagonista podría hacer. Y, sin embargo, como espectadores, estamos insatisfechos. Ahora somos nosotros los que queremos venganza, porque Eggers nos la ha metido en vena como el padre de Amleth se la había metido a él. Aun conscientes de que es muy posible que Amleth no salga vivo de ella. Como la vida misma. Que absurda y carente de sentido es la venganza. Nunca trae nada bueno. Pero qué difícil es escapar de ella.