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7
5,7
37.851
Comedia. Drama
En el vertiginoso mundo de la moda de Nueva York, la cumbre del éxito la representa la revista Runway, dirigida con mano de hierro por Miranda Priestly (Meryl Streep). Trabajar como ayudante de Miranda podría abrirle cualquier puerta a Andy Sachs (Anne Hathaway), si no fuera porque es una chica que destaca por su desaliño estilo dentro del grupo de guapísimas periodistas de la revista. Andy comprende muy pronto que para triunfar en ese ... [+]
26 de enero de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si alguien esperaba ver en 'El diablo viste de Prada' una crítica al mundo de la moda, entiendo su decepción. Ese mundillo es tratado de forma estereotipada, facilona e insustancial. Los tópicos van cayendo uno tras otro de tal modo que casi podrías adivinar el siguiente. Y como eso, mil cosas. La historia del 'patito feo', unos amigos insulsos, un Simon Baker insufrible... La película busca un público muy determinado y una buena taquilla. ¿Qué le pedís? Me parece más que suficiente su trasfondo. Realista, crítico y muy bien desarrollado. Motivo de sobras para darle un 7 al film y para que base en él mi crítica.
Andy (Hathaway) es una niñita de expediente académico intachable, convencida de su valúa profesional y deseosa de que tanto esfuerzo durante su vida sea recompensado. Y resulta que va a parar a los pies de Miranda (Streep): una mujer hecha a sí misma, respetada y considerada un referente en su trabajo. A Andy le da igual si dirige una revista de moda o de macramé. Eso es lo de menos. Tiene frente a ella a un modelo de éxito profesional a imitar y, aún por encima, la obligación moral de cumplir con su trabajo mejor que nadie. De demostrar que vale incluso para aquello que ni le va ni le viene.
Andy (Hathaway) es una niñita de expediente académico intachable, convencida de su valúa profesional y deseosa de que tanto esfuerzo durante su vida sea recompensado. Y resulta que va a parar a los pies de Miranda (Streep): una mujer hecha a sí misma, respetada y considerada un referente en su trabajo. A Andy le da igual si dirige una revista de moda o de macramé. Eso es lo de menos. Tiene frente a ella a un modelo de éxito profesional a imitar y, aún por encima, la obligación moral de cumplir con su trabajo mejor que nadie. De demostrar que vale incluso para aquello que ni le va ni le viene.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La chica se desvive por complacer a Miranda, tiene el móvil del trabajo siempre a mano e incluso es capaz de calzarse unos Jimi... ¿Jimi-qué? si es necesario. Cumplidora, perfeccionista y ambiciosa, empieza a olvidarse de su vida personal para vivir por y para lograr sus objetivos profesionales. Sin maldad y como parte de su inercia vital, pero en un mundo que le exige el 100%.
Poco a poco inicia un 'bis a bis' con Miranda, puesto que tienen más en común de lo que cualquiera pensaría. Son presente y futuro, dos caras de una misma moneda compitiendo en un 'yo más' constante. Ambas son buenas y ambas quieren demostrárselo a la otra. Al fin y al cabo, ambas se mueven por un idéntico objetivo: alcanzar la cumbre profesional y, una vez allí, mantenerse en ella. Por el camino se corrompe la inocencia, los valores e incluso parte de la humanidad. Miranda ya lo ha vivido y Andy lo vivirá. ¿Qué más da? Desde fuera todo luce tan bonito... Tanto que las Andy del mundo real jamás se hubieran bajado de ese coche. La crítica no es al mundo de la moda, es al sistema.
Poco a poco inicia un 'bis a bis' con Miranda, puesto que tienen más en común de lo que cualquiera pensaría. Son presente y futuro, dos caras de una misma moneda compitiendo en un 'yo más' constante. Ambas son buenas y ambas quieren demostrárselo a la otra. Al fin y al cabo, ambas se mueven por un idéntico objetivo: alcanzar la cumbre profesional y, una vez allí, mantenerse en ella. Por el camino se corrompe la inocencia, los valores e incluso parte de la humanidad. Miranda ya lo ha vivido y Andy lo vivirá. ¿Qué más da? Desde fuera todo luce tan bonito... Tanto que las Andy del mundo real jamás se hubieran bajado de ese coche. La crítica no es al mundo de la moda, es al sistema.