Bueno, pues aquí estamos con la segunda parte de la saga Bourne, la que en un principio parecía que iba a ser la última y el colofón de la misma pero que encontraría una continuación con el "ultimatum" y con la reciente cuarta entrega. Para mí igual de interesante que la primera, ésta mucho más trágica ya que Bourne va a sufrir una tragedia enorme cuando pierda en circunstancias trágicas al amor de su vida, a Marie. Preciosa la secuencia bajo el agua en la que el agente desmemoriado tiene que despedirse de la única persona que ha estado a su lado durante los dos años que lleva investigando su pasado y buscando su identidad. Una pena que prescindieran de Franka Potente y su personaje tan pronto. Matt Damon sigue atractivo y perfecto en su papel y le dan mayor protagonismo al excelente Bfrian Cox, lo cual se agradece. También está magnífica la siempre eficiente Joan Allen como Pamela Landy. El productor, Frank Marshall, decidió no contar esta vez como director con Doug Liman debido al poco entendimiento de éste con la productores y decidió darle esta tarea a Paul Greengrass, del que le había encantado su anterior trabajo, "Bloody sunday". Este director se negaba en redondo a utilizar efectos especial y explosivos para las escenas de acción, lo cual se agradece ya que le da un realismo increíble a esta película. Se sigue utilizando la banda sonora de John Powell y el temazo de Moby, así que es un disfrute, la verdad. Ahora a por la tercera y cuarta.
Un saludo,
Tess