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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
2
Romance. Comedia Bridget Jones es una treintañera soltera y llena de complejos, cuya vida sentimental es un desastre. Tiene sólo dos ambiciones: adelgazar y encontrar el amor verdadero. El día de Año Nuevo toma dos decisiones: perder peso y escribir un diario. Pero muy pronto su vida amorosa se vuelve a complicar, pues se encuentra dividida entre dos hombres. Por un lado, Daniel Cleaver, su jefe, un tipo encantador y sexy, pero peligroso; por otro, Mark ... [+]
26 de diciembre de 2017
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llamar gorda a Renée es un insulto a las gordas y al buen gusto, por favor, ¡qué casting es ese! Por tanto, ya desde el principio, el tema es muy engañoso.

La tonta del bote inglesa es una auténtica falacia sobre el sometimiento de la mujer al papel empresarial que tendría un pase si hubiera sido hecha con gusto pero visto por los salidillos de los ingleses, queda algo denigrante. Es una mujer de buen tipo obligada a ir en bragas continuamente e, igual que en una pesadilla, que la vaya viendo todo el mundo hacer el ridículo sin parar. La mujer fuma como un cosaco de las estepas asiáticas, bebe más que el príncipe de Hanover y es más tonta que Abundio, que como todo el mundo sabe, se fue a vendimiar y se llevó uvas para el almuerzo, aun así quieren que enternezca y que la valoremos, que nos cause pena y al mismo tiempo, que resalte emocionalmente por encima de un ambiente de camaradería y felicidad, que es el que vive el resto de la humanidad, la humanidad inglesa por supuesto, que es la que cuenta, y así, sin más, hay que reírse.

Por tanto, volvemos a asistir a la fórmula inglesa de este tipo de comedias, las que hemos visto en Notting Hill y sobre todo en la de Cuatro bodorrios y un funeral, donde todo son risas, espectáculo, amistad, empleo fijo y prisas por vivir, pero la cara B del disco oculta lo auténtico del drama de esa mujer con el alcohol: las vomitonas, el mal aliento que tiene que tener la tía, el asco que tiene que dar una borracha … Eso no existe, todo es transparente, sólo hay fiestas, jolgorio, gente estupenda pasándolo bien, comilonas de gente guapa y, por supuesto, el típico grupo androide que acompaña a la heroína: tres personajes robóticos cuya función en la vida es estar juntos, una unidad trifásica formada por la lista, la fea y el maricón, que en estas películas son el relleno orbital de la protagonista clásico para una comedia.

Como dijo el conocido gangster neoyorquino, Danny Aiello, Inglaterra es una gran nación, ha dado al mundo importantes hombres como el almirante Nelson, Wiston Churchill o Margaret Thatcher, pero no por eso debe creerse con derecho a expandir sus comedias y ganar con ellas el cine romántico como si fuera otro glorioso triunfo. Puede que te guste esta película, puedes aceptar que una señorita tonta del culo, torpe, apestosa y que dice que está gorda y que será verdad (entonces no es Renée) consiga un amor verdadero con un tipo millonario y guapo ya sea Hugh o Colin, puede que además luego no te creas Pretty Woman y la condenes, cuando justo esa película sí es creíble pues cuántas putas sólo por ser hermosas se casan con el millonario que quieran, el mundo está lleno de ejemplos, pero yo digo que no está en estas comedias románticas el auténtico humor británico, ni mucho menos. Esto es una absurdez, una visión patética y, la verdad ... y lo que es determinante, sin gracia alguna.
floïd blue
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