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Voto de floïd blue:
2
7,9
103.772
Ciencia ficción. Drama. Aventuras
Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
7 de noviembre de 2014
138 de 234 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nolan, por educación, no te voy a decir dónde tengo yo un agujero de gusano pero me gustaría decírtelo.
Este Interstellar es un vehículo con todos los extras para el lucimiento de los profundas neuras de Nolan. Nolan nos presenta un micro cosmos muy particular y polvoriento pero no para sumergirte en sueños o pesadillas o en situaciones límite, no; en este caso por medio de la emoción y de diálogos imposibles nos quiere hacer vislumbrar la sobredimensión de… la locura.
Lo de la locura es un punto irreal que una vez que entras en él, no sales, es como un tornillo cuando se pasa de rosca, ya puedes darlo vueltas sin fin que nunca se apretará. Y al argumento de Nolan le pasa algo parecido. Llega pero se escapa por Gargantúa, promete pero se enrosca y se enrosca y te quedas así, en stand by.
Los diálogos son el armazón de Interstellar y son frases de un lenguaje pseudocientífico incontestable. Todo avanza con unas explicaciones fantásticas provenientes del Granjero Último Modelo, el nuevo Bender con un acoplamiento de rotación a lo r2d2, más una blanquísima Anne Hathaway y un Michael Caine sumido en su fórmula de la gravedad; te lo cuenta y ya está. Pues vale.
Pues creo que no vale, igual que no valen muchas cosas que pasaré a Gargantúa a contarlo por no desvelar y sobre todo por teorizar un poco más, no acerca de la fantasía, si no por la coherencia.
Este Interstellar es un vehículo con todos los extras para el lucimiento de los profundas neuras de Nolan. Nolan nos presenta un micro cosmos muy particular y polvoriento pero no para sumergirte en sueños o pesadillas o en situaciones límite, no; en este caso por medio de la emoción y de diálogos imposibles nos quiere hacer vislumbrar la sobredimensión de… la locura.
Lo de la locura es un punto irreal que una vez que entras en él, no sales, es como un tornillo cuando se pasa de rosca, ya puedes darlo vueltas sin fin que nunca se apretará. Y al argumento de Nolan le pasa algo parecido. Llega pero se escapa por Gargantúa, promete pero se enrosca y se enrosca y te quedas así, en stand by.
Los diálogos son el armazón de Interstellar y son frases de un lenguaje pseudocientífico incontestable. Todo avanza con unas explicaciones fantásticas provenientes del Granjero Último Modelo, el nuevo Bender con un acoplamiento de rotación a lo r2d2, más una blanquísima Anne Hathaway y un Michael Caine sumido en su fórmula de la gravedad; te lo cuenta y ya está. Pues vale.
Pues creo que no vale, igual que no valen muchas cosas que pasaré a Gargantúa a contarlo por no desvelar y sobre todo por teorizar un poco más, no acerca de la fantasía, si no por la coherencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Nolan tal vez nos quiera dar a entender que la película no refleja un fin del mundo, sino una propuesta de esperanza de tipo personal. Es un micro cosmos demasiado reducido para creerse el argumento de un viaje interestelar para salvar la humanidad. Todo ocurre en el seno de una familia cuando la catástrofe compete a toda la Humanidad. Hay un tío que puede salvar el mundo. Han pensado en él y lleva retirado más de 20 años. ¿No hay nadie más joven verdaderamente preparado como astronauta? Pues no. La NASA cuenta con el granjero último modelo tal vez porque se están quedando sin astronautas.
Primero digamos de entrada que ya el apoyo argumental es ridículo cuando va corriendo con un portátil para conducir un dron, que lo hace fatal dando a las teclas cuando debería estar con el cursor, pero sobre todo, y por favor por favor por favor, esas cosas se hacen con el MÓVIL, que es lo lógico y lo actual.
Eso sí, este tío a continuación es capaz de descubrir en el reflejo de una fina cortina de polvo que se forma en la habitación de su hija, unas coordenadas en lenguaje binario de la localización exacta de lo que queda de la última base de la NASA. Toma ya. Im-presionante. ¿Qué pasa si no se entera de esa chorrada y no se fija en la cortina de polvo? ¿Le hubieran dicho: Tío, ¿es que no sabes leer en las cortinas de polvo, coño? ¡¡Qué te estamos esperando!!
Todos hemos oído gilipolleces a lo largo de la vida, pero es que Nolan te lo cuenta y piensas si es que está contando una historia de chutaos o si le han pegado una pedrada en la cabeza. A partir de ahí, si lo pasas, puedes tragar con todo lo que venga después.
Y lo que viene después es que el granjero se sube al cohete y tira para más allá de Saturno y supongo que sobre la marcha irá leyendo el libro de instrucciones del cohete porque es que lo domina como si toda la vida hubiera estando viviendo allí.
En mitad del viaje hace una paradita y no me ha gustado ni es muy científico que vayan andando por un mar que llega el agua hasta las rodillas y de repente venga un tsunami tan alto o más que el Himalaya. Yo que sé, igual es que se ha derrumbado alguna presa.
En la película Déjà Vu, 2006, le explican a Denzel Washington lo mismo que se explica aquí sobre el plano que al juntarse en sus extremos se forma un agujero temporal en la trayectoria. Más teorías a la saca: Gargantúa, teoría de la relatividad, gravedad, agujeros negros y pliegues de cuartillas.
A mí me da que pensar, volviendo a lo mismo, que Nolan quiere te emociones por medio de profundos pensamientos, pero que no es capaz de llegar a un punto final coherente y satisfactorio.
Entre tanto libro, muestra uno de sir Arthur Conan Doyle. Recordemos que Conan Doyle terminó practicando el espiritismo para poder hablar con su hijo muerto, ¿es casualidad mostrar a este famoso autor o es un punto de referencia para el reencuentro final entre el padre joven y la hija anciana? En definitiva, nos vendría a decir que hay más de espiritualidad que de rigor en la ciencia que ha estado verborreando en la película.
Primero digamos de entrada que ya el apoyo argumental es ridículo cuando va corriendo con un portátil para conducir un dron, que lo hace fatal dando a las teclas cuando debería estar con el cursor, pero sobre todo, y por favor por favor por favor, esas cosas se hacen con el MÓVIL, que es lo lógico y lo actual.
Eso sí, este tío a continuación es capaz de descubrir en el reflejo de una fina cortina de polvo que se forma en la habitación de su hija, unas coordenadas en lenguaje binario de la localización exacta de lo que queda de la última base de la NASA. Toma ya. Im-presionante. ¿Qué pasa si no se entera de esa chorrada y no se fija en la cortina de polvo? ¿Le hubieran dicho: Tío, ¿es que no sabes leer en las cortinas de polvo, coño? ¡¡Qué te estamos esperando!!
Todos hemos oído gilipolleces a lo largo de la vida, pero es que Nolan te lo cuenta y piensas si es que está contando una historia de chutaos o si le han pegado una pedrada en la cabeza. A partir de ahí, si lo pasas, puedes tragar con todo lo que venga después.
Y lo que viene después es que el granjero se sube al cohete y tira para más allá de Saturno y supongo que sobre la marcha irá leyendo el libro de instrucciones del cohete porque es que lo domina como si toda la vida hubiera estando viviendo allí.
En mitad del viaje hace una paradita y no me ha gustado ni es muy científico que vayan andando por un mar que llega el agua hasta las rodillas y de repente venga un tsunami tan alto o más que el Himalaya. Yo que sé, igual es que se ha derrumbado alguna presa.
En la película Déjà Vu, 2006, le explican a Denzel Washington lo mismo que se explica aquí sobre el plano que al juntarse en sus extremos se forma un agujero temporal en la trayectoria. Más teorías a la saca: Gargantúa, teoría de la relatividad, gravedad, agujeros negros y pliegues de cuartillas.
A mí me da que pensar, volviendo a lo mismo, que Nolan quiere te emociones por medio de profundos pensamientos, pero que no es capaz de llegar a un punto final coherente y satisfactorio.
Entre tanto libro, muestra uno de sir Arthur Conan Doyle. Recordemos que Conan Doyle terminó practicando el espiritismo para poder hablar con su hijo muerto, ¿es casualidad mostrar a este famoso autor o es un punto de referencia para el reencuentro final entre el padre joven y la hija anciana? En definitiva, nos vendría a decir que hay más de espiritualidad que de rigor en la ciencia que ha estado verborreando en la película.