Wenceslao Fernández Flórez, gallego, escribió grandes novelas que alguna fue llevada al cine con éxito: ésta, por ejemplo. El bosque animado, que es una delicia de pelicula; Volvoreta también y alguna que otra más. Era un periodista con un peculiar sentido del humor y ese humor lo trasladaba a algunos de sus relatos.
El malvado Carabel es la historia de un oficinista que es despedido por lo que decide dedicarse al crimen que, además, es más productivo que el trabajo honrado. La maldad triunfa, si eres honrado estás expuesto al escarnio.
El humor de Fernández Flórez en la novela es un humor estrambótico, exagerado, y Fernán Gómez lo aplica de igual modo, con lances irónicos también muy propios de la personalidad del actor.
Algunos gags pues resultan demasiado evidentes, incluso diría que infantiles, pero lo que cuenta es la aparición de grandes actores como Xan Das Bolas, un fijo segundón en casi todas las películas de la época, también ver a un jovencísimo Manuel Alexandre haciendo de dentista, y en general, disfrutar de ese cuento inocente que no va más allá.
spoiler:
El mensaje moralizador final: el triunfo del amor y de la honradez sobre la perversidad y el engaño nos indica además, lo que tiene gracia pero por la otra punta, que el desliz habido por los terrenos del mal no queda saldado así por las buenas y por lo tanto, encima, le rebajan el sueldo y por hacer el bien y devolver un dinero perdido, le toca pagar una multa.
Se acepta porque eran otros tiempos y otras formas, pero da pena que la honradez se salde así.