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España España · madrid
Voto de iatlos:
7
Drama Nafás (Nelofer Pazira) es una bella mujer afgana que, desde Canadá donde ahora vive, ha decidido emprender el largo viaje hasta Kandahar, para buscar a una hermana de la que ha sabido que ha intentado suicidarse. En el trayecto, Nafás tropezará con una serie de variopintos personajes... y nosotros presenciaremos la condición de la mujer en aquellas lejanas tierras signadas por la guerra. Película que refleja la situación de Afganistán ... [+]
24 de enero de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El otro día era Irán, en El Círculo. Ahora Afganistán, y para qué andar con rodeos, allí están peor, mucho peor. No creo que cuando se habla de una realidad tan dura valga la pena hablar de la calidad del film, así que no lo haré. Demasiada realidad. Tampoco voy a entrar en las causas de la catástrofe humanitaria, como no lo hace el director, que simplemente echa el alma a tierra, y la cámara recorre como un perro apedreado el mapa hecho jirones.
Si en El Círculo la mujer tenía que rodear el territorio de la realidad destinado para el hombre, en este áspero lugar se tiene que negar a sí misma. Es como un fantasma con la sábana ignominiosa del burka, un alma en pena. Un bulto sospechoso. Pero el mismo país es un andrajo.
De hecho la andadura fílmica se distorsiona, el sentido se pierde, los agarres de la realidad retiemblan, el esperpento sale a la luz a rebufos, agarrado al sufrimiento ya animal, el que no hay tiempo para analizar, como el del Guernica, que ya no se puede comunicar, si acaso mostrar, pero ya sin esperanzas, sólo queda la desesperanza, la locura se ha adueñado de los seres y la vida se retuerce entre escombros de vida. Sólo signos de muerte y de miseria, en el horizonte una hermana que se puede suicidar, en el pasado un país rico que nada, como que no existe, como que se ha esfumado, en el presente un viaje alucinante por las catacumbas del hombre, una turba de tullidos de guerra que corren a la pata coja a por una pierna de palo que cae del cielo, niños como hienas, rostros excavados, médicos que no pueden tocar a los pacientes porque son mujeres, infraestructuras barridas... es la realidad.
Un velo entre la periodista, protagonista del viaje, y la realidad, un velo necesario para no enloquecer o derrumbarse, cómo se ve desde el burka, destrucción para ver destrucción. Sólo queda preguntarse por qué, por qué el hombre allí, quién cómo cuándo, yo por mi parte, prefiero que mi burka me cubra totalmente los ojos.
iatlos
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