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Voto de Antonio Morales:
8
Thriller La Yakuza es una mafia japonesa cuyo origen se remonta al siglo XVII. Utiliza los mismos métodos que las mafias occidentales y, como ellas, controla los negocios más turbios: la prostitución, el blanqueo de dinero, el contrabando, etc. Después de la Revolución Meijí (1868), que supuso la occidentalización del Japón, muchos samuráis pasaron a engrosar las filas de esta organización. Harry Kilman, un hombre que formó parte de las tropas ... [+]
9 de mayo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película junto a Memorias de África, son de las más redondas y estimables películas de Pollack, director fallecido en 2008, que a veces también se puso delante de la cámara para obras de Woody Allen (Maridos y Mujeres) y Stanley Kubrick (Eyes wide shut). Cuando se estrenó en España fueron pocos los espectadores que repararon en este insólito thriller melodramático oriental, a ratos excelente, siempre interesante. Y fueron menos todavía quienes se fijaron en los sugerentes apuntes del guión firmado por Paul Schreader (Taxi driver) y por Robert Towne (Chinatown): una variación sobre el tema de la culpa, enraizado esta vez con el místico sentido del honor de los yakuzas y dado en clave de melodrama, que hace de este film una versión un tanto sorprendente de la fascinación que siente el guionista Schrader hacia Japón y el estilo trascendental.

El hecho de hacer esta crítica recomendando su revisión, se debe también a que las televisiones la tienen olvidada, por lo menos yo no recuerdo su pase en muchísimos años. Volviendo al tema de la película, la amistad, la expiación y la culpa hacen de Yakuza la mejor película de gánsters rodada en Japón y sin duda alguna como la más lograda del irregular Pollack, construida con agudeza y sobre todo con convicción, dura y violenta. No sólo sus elementos melodramáticos están hábilmente presentados y engarzados, sino que consigue mantener un difícil equilibrio entre mirada interior (a través de los personajes japoneses) y una doble mirada exterior (la de Kilmer, genial, Robert Mitchum, que ya conoce el mundo ritual de los yakuzas, y la de su joven acompañante, que descubre, asombrado y fascinado, ese nuevo mundo).

Yakuza muestra un mundo distinto por medio de cada gesto; cada secuencia aporta un nuevo dato para el total conocimiento del drama… Y Pollack combina admirablemente la dulzura de algunos movimientos (como el travelling por la casa de Toko) con la sequedad de los movimientos violentos (como los enfrentamientos con la mafia). La dirección artística es fascinante recreando las casas japonesas, así como los actores japoneses que brillan a gran altura.
Antonio Morales
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