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Voto de Antonio Morales:
9
Western Un pistolero llamado Cole Thornton (John Wayne) acude a El Dorado por encargo de poderoso terrateniente, Bart Jason. El cacique le ofrece un trabajo: expulsar de unas tierras próximas a una familia de granjeros, los McDonald. Thornton acaba rechazando el encargo a instancias de Jean Paul Harrah (Robert Mitchum), el sheriff de El Dorado y viejo amigo de Cole. Tiempo después, Thornton se entera de que otro pistolero ha aceptado el trabajo ... [+]
23 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué duda cabe que este esplendoroso y crepuscular western de Hawks, guarda reminiscencias de “Río Bravo” con situaciones y personajes parecidos, no obstante, en “El Dorado” todo ha envejecido. Los personajes, e incluso, el conflicto, se revelan anacrónicos. Pero lo más importante no es eso, sino la conciencia que Hawks tiene de ello y su consiguiente respuesta. “El Dorado” habla de relaciones humanas y lecciones de amor, de cómo intentan camuflarse con acciones presuntamente heroicas o gestos grandilocuentes. De cómo los hombres y las mujeres se engañan a sí mismos creyendo que su misión en la tierra es la lucha y el combate, cuando no es más que la supervivencia y la búsqueda del otro.

“El Dorado” también es un western sombrío donde un personaje, un sheriff alcohólico debe afrontar una situación conflictiva con una ayuda del todo insuficiente: un pistolero maduro y achacoso, la vejez de un anciano que desentona con su trompeta y la inexperiencia de un joven que recita versos de Poe, son las características de definen a sus colaboradores. Lo que más importa para Hawks son esos personajes en decadencia, indagando en las motivaciones íntimas de cada hombre, dejando el enfrentamiento con los villanos en un segundo plano y siempre oscilando de forma lúcida entre la comedia y el drama sin que el resultado chirríe ni un ápice. Los personajes tienen un pasado al que rendir cuentas, un remordimiento que acallar, unas necesidades que satisfacer.

Ya en la escena que abre el film, Harrah (Mitchum) y Thorton (Wayne) aluden a un pasado común más grato que el presente, un pasado en el que se estrecharon unos vínculos que es difícil mantener en la actualidad. Un dato a retener es la incomodidad que expresa Harrah al saber que Maudie (Charlene Holt) también forma parte del pasado de Thorton. En ese instante, Harrah se siente ya en desventaja a Thorton, y ello explicará, en cierta medida, su posterior empeño en actuar (él es el sheriff) eficazmente frente a Thorton, la profesionalidad siempre es un tema recurrente en el cineasta. La insistencia de Hawks en retratar el dolor físico en el film – las arcadas que siente el alcohólico Harrah, las punzadas de dolor que siente periódicamente Thorton – contribuye a perfilar su personal interpretación del western crepuscular. Una obra maestra puesta en imágenes con un clasicismo impecable que relativizó algunos dogmas de su género sin querer escribir su acta de defunción.
Antonio Morales
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