Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
8
Drama Un granjero californiano tiene dos hijos, Cal y Aron, de caracteres muy diferentes, pero ambos compiten por el cariño de su padre. La situación de Cal se complica cuando averigua que, en realidad, su madre no sólo no está muerta, sino que además regenta un local de alterne. (FILMAFFINITY)
3 de diciembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corrían los años 50 y el general Eisenhower, héroe de la 2ª Guerra Mundial presidía paternalmente los destinos del Tío Sam desde la Casa Blanca. La “caza de brujas” había dejado en la industria del cine un amargo sabor de boca. Los niños que sufrieron la depresión eran ya padres de familia que intentaban imbuir a sus hijos principios materialistas y competitivos. Esos jovencitos de infancia mimada y sentido crítico desarrollado, comenzaron a sentir el impulso de la rebeldía. James Dean, actor que provenía del Actor´s Studio, fundado por el propio Kazan, que unía una imagen contestataria al triunfo en su vida profesional, gracias a este film y otros dos que siguieron: “Rebelde sin causa” y “Gigante”, estaba destinado a convertirse en el ídolo de todos ellos, con permiso de Brando…, otro joven rebelde de la misma escuela que Dean.

Fue el primer contacto de Elia Kazan con el color y el Cinemascope, representa la nueva estética adoptada por el cine norteamericano de la posguerra. Kazan es el “escultor” fascinado por las luces y las sombras, el estilo horizontal de la puesta en escena, dando mayor profundidad a los escenarios, donde destaca un contrastado empleo de los colores para describir los estados de ánimo de James Dean. Su paseo luminoso por el campo donde cultiva judías frente al tono claustrofóbico de la casa de Monterrey. Esta perspectiva se acentúa empleando los elementos del plano de acuerdo con el movimiento de los actores. “Al este del edén” es una novela alegórica de Steimbeck, escrita dos años antes del film, en que todos los personajes retoman los nombres de la Biblia y vuelven a representar el dilema entre el Bien y el Mal: Caín y Abel a principios del siglo XX. Kazan ante la extensión de la obra – auténticamente rio – trabaja sobre sus últimas sesenta páginas, con la colaboración de Paul Osborne.

Ambos efectúan una labor sintetizadora de la primera parte centrando el drama en la lucha entre Carl Trask (James Dean) y su hermano Aron (Richard Davalos) por lograr el afecto de su padre Adam (Raymond Massey). Hombre puritano e intransigente que interpreta la Biblia al pie de la letra, pero de forma torticera. Salinas es una pequeña ciudad en 1917, Carl es un joven inquieto y desorientado que busca afecto y comprensión, su hermano en cambio es conformista y sumiso, lo que le vale para ser más cercano a su padre. Mientras la joven Abra (Julie Harris) se debate entre el amor de los dos hermanos.

La acumulación de hechos como en todas las películas de Kazan es notoria, así algunos acontecimientos ajenos a la trama familiar, como la 1ª Guerra Mundial, el feroz anti-alemanismo americano – el intento de linchamiento que evita Carl – que vuelve a mostrar la otra cara de un cineasta acusado de delator, preocupándose por las minorías, eso denota a un rebelde insobornable. Dean realiza una gran interpretación con su lenguaje corporal, sus silencios y su gestualidad. Otro admirable trabajo es de la madre, encarnado por Jo Van Fleet. Un film que marca las preocupaciones morales y religiosas de Kazan sobre el puritanismo del Oeste americano. Una música emotiva en una película que marcó a toda una generación.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow