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Voto de bucefalo:
155.493
Thriller. Acción. Drama
Batman/Bruce Wayne (Christian Bale) regresa para continuar su guerra contra el crimen. Con la ayuda del teniente Jim Gordon (Gary Oldman) y del Fiscal del Distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart), Batman se propone destruir el crimen organizado en la ciudad de Gotham. El triunvirato demuestra su eficacia, pero, de repente, aparece Joker (Heath Ledger), un nuevo criminal que desencadena el caos y tiene aterrados a los ciudadanos. (FILMAFFINITY) [+]
16 de septiembre de 2008
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tiempo que fluye a medianoche.
Tennynson
La fascinación por la noche está asociada al sueño como un simulacro de la muerte y a las pesadillas que logran corporizar criaturas infernales. La noche induce al terror y a la propagación de los más variados y extraños mitos. Entre ellos y quizás los dos más populares están asociados al vampiro o murciélago. Drácula, que representa a un ángel caído enfrentado a Dios, y Batman, al super héroe atormentado por la culpa y la venganza. Ambos representan sendas historias trágicas y paradójicas. El cine se ha ocupado prolíficamente de los dos contribuyendo a un imaginario popular de unas proporciones nunca vistas.
El misterio y la ambigüedad de un personaje como Batman tienen necesariamente que atraer a un público ávido de emociones fuertes. La lucha entre el bien y el mal ya aquí no es lineal ni explicita, por el contrario, el mismo Batman que el director Christopher Nolan nos ha propuesto en Batman Begins (2005) y El caballero oscuro (The Dark Knight (Batman Begins 2) (2008), es un personaje desdoblado, un anti-héroe conciente de sus propias limitaciones y fragilidades en su cruzaza contra la injusticia y el mal. Sus contrapartes, sobretodo, el inefable Jocker, excelentemente interpretado por Heath Ledger, en lo que fue su última aparición, gozan de una autonomía dramática que les permite tener personalidad propia. No son comparsas de nadie. Nolan tiene la virtud de presentar su historia con matices y desde una perspectiva múltiple y coral. Cada historia se entreteje e hilvana coherentemente asumiendo el espectáculo visual como algo impactante y sobrecogedor.
Condenado a la oscuridad de la noche y al anonimato de la mascara, el muy buen actor Christian Bale, logra darle vida a un héroe atormentado que es capaz de sufrir y dudar en torno a la carga que se ha auto impuesto como expiación de una culpa. Batman se sabe falible y no duda en buscar la ayuda que logre aminorar su carga; una descomunal responsabilidad: la lucha contra la corrupción y la injusticia, que en su soledad le sobrepasa. Sus métodos de lucha, al margen de la ley, también lo colocan como un sospechoso vengador urbano cuya desaparición nadie lamentaría.
Un super héroe vulnerable, y sin poderes mágicos o sobrenaturales, inspirado en el comics de Bob Kane y el escritor Bill Finger del año 1939, ha logrado tocar en el subconsciente de los espectadores, que a nivel mundial se han volcado a verla y disfrutarla, generando unos ingresos de más 500 millones de dólares.
La puesta en escena es impecable y hay un cuidado, diríamos que artesanal, en todo su conjunto. Las actuaciones de Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Michael Caine, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal y Morgan Freeman son todas relevantes y contribuyeron, inesperadamente a nuestro entender, en la popularidad de una muy buena película de entretenimiento convertida en película de culto.
Tennynson
La fascinación por la noche está asociada al sueño como un simulacro de la muerte y a las pesadillas que logran corporizar criaturas infernales. La noche induce al terror y a la propagación de los más variados y extraños mitos. Entre ellos y quizás los dos más populares están asociados al vampiro o murciélago. Drácula, que representa a un ángel caído enfrentado a Dios, y Batman, al super héroe atormentado por la culpa y la venganza. Ambos representan sendas historias trágicas y paradójicas. El cine se ha ocupado prolíficamente de los dos contribuyendo a un imaginario popular de unas proporciones nunca vistas.
El misterio y la ambigüedad de un personaje como Batman tienen necesariamente que atraer a un público ávido de emociones fuertes. La lucha entre el bien y el mal ya aquí no es lineal ni explicita, por el contrario, el mismo Batman que el director Christopher Nolan nos ha propuesto en Batman Begins (2005) y El caballero oscuro (The Dark Knight (Batman Begins 2) (2008), es un personaje desdoblado, un anti-héroe conciente de sus propias limitaciones y fragilidades en su cruzaza contra la injusticia y el mal. Sus contrapartes, sobretodo, el inefable Jocker, excelentemente interpretado por Heath Ledger, en lo que fue su última aparición, gozan de una autonomía dramática que les permite tener personalidad propia. No son comparsas de nadie. Nolan tiene la virtud de presentar su historia con matices y desde una perspectiva múltiple y coral. Cada historia se entreteje e hilvana coherentemente asumiendo el espectáculo visual como algo impactante y sobrecogedor.
Condenado a la oscuridad de la noche y al anonimato de la mascara, el muy buen actor Christian Bale, logra darle vida a un héroe atormentado que es capaz de sufrir y dudar en torno a la carga que se ha auto impuesto como expiación de una culpa. Batman se sabe falible y no duda en buscar la ayuda que logre aminorar su carga; una descomunal responsabilidad: la lucha contra la corrupción y la injusticia, que en su soledad le sobrepasa. Sus métodos de lucha, al margen de la ley, también lo colocan como un sospechoso vengador urbano cuya desaparición nadie lamentaría.
Un super héroe vulnerable, y sin poderes mágicos o sobrenaturales, inspirado en el comics de Bob Kane y el escritor Bill Finger del año 1939, ha logrado tocar en el subconsciente de los espectadores, que a nivel mundial se han volcado a verla y disfrutarla, generando unos ingresos de más 500 millones de dólares.
La puesta en escena es impecable y hay un cuidado, diríamos que artesanal, en todo su conjunto. Las actuaciones de Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Michael Caine, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal y Morgan Freeman son todas relevantes y contribuyeron, inesperadamente a nuestro entender, en la popularidad de una muy buena película de entretenimiento convertida en película de culto.
