Para ser sincero, debo decir que la película sólo podrá ser apreciada plenamente por perfectos anglohablantes. Sólo éstos podrán disfrutar del diferente acento de cada personaje o de las alusiones y chistes disparados a un ritmo frenético. La vi en V.O.S. y acabé mareado por los subtítulos (y eso que dejaban sin traducir la mitad del guión.) Imagino que doblada será más fácil de seguir, pero a cambio se perderá aún más del contenido original.

Wikipeando un poco, descubro que Mr. Iannucci estudió Literatura inglesa en Oxford, lo cual es un punto a su favor (supongo que no fue allí donde aprendió tantas palabras malsonantes). Y también que de joven quiso ser sacerdote, así que no es raro que ahora nos ofrezca una dura crítica del poder y la gloria.

Pues nosotros, pobres españolitos, lo que sí que podemos apreciar en este film es una presentación, excelentemente interpretada, de las miserias y falsedades de la política contemporánea. El pobre ministro segundón transmite cierta tragicómica grandeza, mientras que el jefe de gabinete del Primer Ministro materializa la peor pesadilla de todo subordinado. Y, quizás lo más interesante, el proceso de manipulación de la opinión pública por parte de "los que mandan" se presenta con toda crudeza.

En conclusión, si llevaste la chapita del "no a la guerra", es tu obligación ver la película, aunque te aviso que exige cierta gimnasia mental. Si no la llevaste, ve a verla; tú también puedes sacar provecho de ella.