Tras visionar El renacido (The Revenant) no pongo en duda la maestría de Iñárritu dirigiendo. Su estilo visual poético es magistral y bello en las escenas de mayor crudeza y tragedia. No muchos directores o visionarios consiguen eso más en estos tiempos. Tampoco dudo que DiCaprio merezca su Oscar e incluso un reconocimiento mayor. Su personaje nos hace sufrir casi tanto como lo que sufre él y DiCaprio demuestra lo estupendo que es transmitiendo sentimientos. Hardy no me lo esperaba. La maldad arbitraria y carismática personificada. Una actuación genial. Hasta aquí vamos bien. El problema es la historia de la película: no merece tanto bombo como sus actores o su director. Es una historia de supervivencia y venganza sin mayores pretensiones, pero sí con un desarrollo más lento y pretendidamente profundo. Lo dinámico y sorprendente de su prólogo se va apagando en sucesiones de silencios y planos largos que podrían haberse acortado un poco o haberse usado para alguna subtrama reivindicable. Se predecía que no era una película para todo el mundo, pero puede que incluso el que busque "disfrutarla" de algún modo se las vea y se las desee para hacerlo.