Stallone se tira más de una hora para contarnos que Rocky está depre y quiere volver a chupar hostias. Cuando por fin se decide a luchar con el campeón (un tío que pesa la mitad que Rocky y que tiene barriga de cervecero), hace un entrenamiento de 5 minutos de metraje mientras suena Gonna Fly Now (evidentemente, lo mejor de la peli). Luego tiene lugar el combate, resuelto con un estilo televisivo de lo más insulso, aunque después del tostón de peli que te has comido, resulta hasta entretenido.
Al final, el campeón gana y aprende que los tíos de antes eran más duros, y Rocky recibe su ración de piños. Y todos felices... menos yo, que me pregunto por qué no habré visto transformers en vez de esto, ya que probablemente sea igual de mala, pero seguro que me hubiera reído más con las piroladas del Michael Bay.