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Voto de Vivoleyendo:
8
Romance. Drama Nueva York, año 1870. Newland Archer (Daniel Day-Lewis), un caballero de la alta sociedad neoyorquina, está prometido con May Welland (Winona Ryder), una joven de su misma clase social. Pero sus sentimientos cambian cuando conoce a la poco convencional prima de May, la condesa Olenska (Michelle Pfeiffer). Desde el principio, defenderá la difícil posición de la condesa, cuya separación de un marido autoritario la ha convertido en una ... [+]
7 de abril de 2010
41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva York, 1870. La alta sociedad se constituye como un bloque de hormigón inexpugnable. Son los reyezuelos en su palacio de cristal, donde priman las leyes de lo tácito, de lo que todos piensan pero nadie dice de frente. Son maestros en el arte del disimulo. Chispazos de corriente eléctrica imperceptible circula entre los hilos telegráficos, cual las conexiones sinápticas entre las neuronas, de la red de espionaje secreto tendida entre las familias de abolengo. Poseen un olfato infalible para detectar la irregularidad, la diferencia y el escándalo. Por debajo de sus modales impecablemente corteses, asoma el artero filo de una navaja que no concede cuartel. Las lenguas cercenan sin emitir una sola palabra fuera de tono.
El solapado método para condenar al ostracismo a cualquier imprudente que rompe las normas, es mil veces peor que una animadversión abierta. La alta sociedad se cierra en su bloque de hormigón como centinelas apostados junto a la entrada con lanzas en cruz.
De ese modo se agrupa, como una piña, cuando aparece en perspectiva la condesa Olenska, recién llegada de Europa, escapando de un matrimonio desastroso. La respetabilidad de sus parientes neoyorquinos no basta para garantizarle una posición digna. La desfachatada dama ha tenido la osadía de solicitar el divorcio (admitido legalmente, pero no socialmente), y de abandonar a su esposo. Además, corren rumores de adulterio (que nadie tiene en consideración respecto a los enredos de faldas del disoluto cónyuge, pero sí respecto a la esposa, sean o no ciertos.)
Ellen Olenska es el demonio vestido de hembra tentadora, según el crítico fallo de los jueces supremos de la rancia aristocracia. Su entrada en la reaccionaria y parapetada ciudad no es precisamente bienvenida.
Pero cuenta con una abuela influyente y cariñosa, y con una prima dulce y encantadora, May Welland, que ayudarán a allanar el espinoso camino. El tierno prometido de May, Newland Archer, se conmueve ante la hermosa y desdichada dama y también actúa para lograr su integración, aunque no se trate de una victoria total. Pero al menos ya nadie le hará el humillante vacío a la condesa.
Newland se precipitará en un limbo que avanza más lejos que la simple simpatía y la voluntad de ayudar. Se enamora. Ellen corresponde.
En la sociedad más obtusa, compacta y censora nace un romance que no puede ser. Pero nadie ha dicho que los impulsos se acomoden a la realidad. Es cómodo plegarse a lo que hay. Apagar los engranajes del cerebro en el opio de la rutina bien vista, deslizarse suavemente por aguas calmas, siguiendo la corriente. Hasta la llegada de Ellen, así era. Pero ahora Newland desea nadar contra la corriente.
Scorsese toma un rumbo distinto en su filmografía y ofrece un lienzo minucioso y puntillista sobre la aristocracia de Nueva York de finales del siglo diecinueve, con la esmerada dedicación de un artista exigente que cuida cada toque de pincel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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