Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
9
Cine negro. Drama Un profesor de universidad y su amante, una mujer casada de la alta burguesía, atropellan accidentalmente a un ciclista. Temerorosos de que se descubra el adulterio, deciden ocultar el trágico accidente. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2010
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En aquella Epaña negra y profunda, de beatas de mantilla que acudían a rezar a la iglesia, a oír misa y a confesar sus pecadillos, de pobres diablos deslomados de sol a sol en una época de escasez crónica, de niños harapientos y desnutridos, también había gente que nadaba en la abundancia y se regodeaba en su mundillo de comodidades. La clase media apenas era todavía un esbozo quimérico. Mientras la mayoría aplastante de pobres soportaban de mala manera el latigazo de ese cinturón demasiado apretado del hambre y las carencias, una minoría vivía a todo tren en su suntuoso palacio de cristal, amurallado para no ver los míseros confines de más allá. Los que no querían ver.
Y en ese palacio de cristal, los moradores se esforzaban por conservar a toda costa su status materialista. El egoísmo más acendrado los consumía. Estaban tan emponzoñados por el veneno de las posesiones, tan prostituidos, que harían cualquier cosa para no perder lo que tanto esfuerzo les costó conseguir. El precio que se pagó fue el alma, el cuerpo y el corazón.
Ella eligió. Quería tenerlo todo. Quería sentirse amada por su amor de juventud, y quería el dinero y la posición. Uno sólo podía ofrecerle amor. No era suficiente. El otro sólo podía ofrecerle riquezas y estabilidad material. Tampoco era suficiente.
María José quería manejar la situación a su antojo, jugar con fuego a varias bandas y salir airosa.
Pero jamás podemos estar seguros de ningún triunfo, porque el rumbo de las cosas puede torcerse en cualquier momento.
Un amor prohibido. Un accidente silenciado por puro egoísmo, por no delatar la infidelidad. No es preciso imaginar mucho el escándalo que saltaría, por no mencionar que los dos tendrían muchísimo que perder, en aquella España negra de beatos que se santiguaban y que lapidaban con piedras invisibles a las adúlteras.
Juan, hasta el momento del accidente, había estado dormido, drogado por el opio de la pasión. Pero va a despertar...
Apabullante y lacerante drama sobre el gran defecto humano de mirar sólo por uno mismo y por el propio pellejo; sobre la culpa y la conciencia inquieta que convierten los minutos en horas y que vuelven el aire tan espeso que se puede cortar con un cuchillo; sobre la paranoia que hace sospechar de cualquiera y que hace creer que se lleva el delito escrito claramente en la frente. Sobre las serpientes que se esconden debajo de sonrisas falsas y acusadoras. También sobre corazones podridos que dicen amar. Pero algo bueno hay. No todo está perdido. No todas las almas están en venta.
Uno de los mayores exponentes del cine español. Un thriller mayúsculo, elegante, de aristas muy cortantes, y difícil de sondear. Que resquebraja la fachada e introduce una barrena insidiosa e incómoda. Actual y vigente, pese a las décadas transcurridas. Y un magnífico dúo protagónico con un Alberto Closas y una Lucía Bosé en estado de gracia.
¿A qué estaría uno dispuesto con tal de conservar intacto el palacio de cristal?
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow