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Voto de Vivoleyendo:
6
Ciencia ficción. Bélico. Acción Setenta años después de una guerra entre seres humanos y extraterrestres, un niño es enviado a una escuela militar espacial con el fin de prepararlo para una futura invasión. Adaptación de la popular novela de ciencia-ficción de Orson Scott Card.
20 de enero de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En parte me ha traído a la memoria aquellos momentos en que se me movía un diente y mi tía me engatusaba diciendo: “Déjame que lo vea, a ver cuánto le falta ya para caerse, tranquila que no te voy a hacer nada.” Y entonces palpaba el diente inocentemente y, zas, de repente lo agarraba y lo arrancaba en un visto y no visto. Una mentirijilla piadosa para que me confiara y así ella pudiera librarme de la pieza de leche de forma expeditiva. Lo suyo no era esperar a que se me desprendiera sin intervención.
Pues esta película es algo por el estilo, solo que Ender no tiene ninguna tía que lo engañe para quitarle un diente inofensivo, pero sí hay quienes lo engatusan y le mienten para algo nada inofensivo en lo que los niños nunca tendrían que participar: la guerra.
Un drama de ciencia-ficción de este tipo debería ser el sueño de cualquier adolescente. Protagonistas menores de quince años a los que se anima a jugar a unos videojuegos que ríete tú del Call of Duty o el Assassin's Creed (entiendo poco de eso, la verdad), y que son reclutados en un centro de entrenamiento de élite con el fin de prepararse para una guerra real contra unos alienígenas con pinta de hormigas gigantes.
Pero creo que ni tiene gancho suficiente para unos cuantos espectadores adultos entre los que me cuento, ni tampoco para buena parte del público más joven.
Como parte positiva, está su crítica antibelicista y el cuestionamiento de la guerra preventiva. Ender, al haber crecido junto a su turbulento hermano mayor, ha desarrollado un instinto de defensa con el que, al sentirse seriamente amenazado, ataca duramente no sólo para librarse temporalmente del peligro, sino para evitarlo en lo sucesivo mediante la advertencia de que nadie saldrá de rositas si lo atropella. Cuando el matón de la escuela, el de las primeras escenas, lo reta a una pelea en medio de un corro de curiosos, Ender le propina una brutal paliza, suficiente para disuadirlo (y también a cualquier otro que lo haya presenciado) de futuras provocaciones. La naturaleza de este chico físicamente esmirriado pero de inteligencia excepcional contiene una dualidad que lo atormenta. Por un lado, es bondadoso, comprensivo y altamente empático, muy dotado para la diplomacia. Por otro, es capaz de usar sus sobresalientes aptitudes para causar un daño terrible a quien considere su enemigo, aunque esto no le proporciona placer, sino un gran dolor y unos remordimientos aplastantes.
Ender ha desarrollado en su propia persona esa inclinación hacia la guerra preventiva; actuar de forma contundente para erradicar de raíz la amenaza. Pero sufre mucho si se ve en la situación de llegar a esos extremos. Porque él puede entender a su enemigo, percibir sus debilidades, los aspectos en los que es similar a él y a cualquiera; por eso no disfruta combatiéndolo. No es un sádico, lo único que desea es ser aceptado y querido, pero su condición de superdotado genera muchas envidias y rencores a su alrededor. Él intenta tender una bandera de paz y suavizar la atmósfera, pero los abusones suelen pasar de sus intentos conciliadores.
Todo eso alza la película.
La parte negativa está en alguna incomprensible incongruencia del guión (en el spoiler), en el plúmbeo lenguaje bélico-militarista y en el final, que a mí me desinfla de pura decepción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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