Al cine, no sólo le pido que me entretenga. Al cine también le pido que me haga reflexionar, que me haga pensar. También le pido que me envuelva a través de imágenes y música y que a través de esta mezcla pueda ir contándome cosas. Si un director consigue hacer esto para mí está manejando a la perfección la esencia del cine. El cine se asienta principalmente sobre música y escenas y es lo que le hace convertirse en un arte. Como arte el cine tiene que conseguir meterte dentro del film y transportarte. "El Árbol de la Vida" es un viaje de unas 2 horas y 15 minutos de duración en la que el espectador más preparado (lo siento, esta película no está hecha para el gran público, sólo para filósofos, para verdaderos amantes del cine, para personas que ven más allá) se introducirá en pura metafísica. Malick nos plantaerá diversos temas relacionados con la existencia y con la propia vida a través de diferentes secuencias.

Sencillamente, pura belleza. Hay secuencias en esta película que mezcladas con la gran música se van a convertir sin duda en secuencias inolvidables para la Historia del Cine.