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Voto de Imagomundisblog:
10
Drama. Romance Un matrimonio inglés viaja a Italia para vender una villa que ha heredado cerca de Nápoles. Al alejarse del ambiente londinense y encontrarse en un paisaje y en un mundo ajenos, la pareja experimenta sentimientos olvidados, como los celos y el resentimiento. (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Te querré siempre" es un documento del "amor real". Un casi documental sobre el desgaste real que sufre una pareja que pretende ser frío y objetivo con el amor maduro, con el fruto a punto de caer. Una pareja británica hace un viaje por Italia por cuestiones de una herencia. El viaje les lleva al final de su propio camino con sus propios miedos, los de él, en su complejo cínico, cruel y masculino (George Sanders cómo no haciendo de él mismo) y los de ella, femeninos, tornados, sensibles. Ambos están llenos de grietas. Y por las grietas de nuestros muros, que son los suyos se cuelan los fantasmas. "¿Qué es querer?" nos preguntamos.
El viaje por el sur de Italia nos muestra un Nápoles decadente. En otro tiempo, el esplendor de Pompeya se ha transformado en el paisaje derribado de un imperio y su gloria efímera. Los personajes deambulan entre los restos arqueológicos, pero aún hay suficiente belleza como para cautivar al más insensible. Alegorías del amor.
Los americanos no le perdonarán a Ingrid haber abandonado a su hija y su marido por un esmilgado italiano que va de esteta comunista. Tampoco haber plantado a toda la púrpura de Hollywood por el Cinema veritá. Una estrella que deja todo por amor cambiando el cine de estudio por el cine de autor.
El tándem Bergman / Rosellini trabajó en "Stromboli", "Europa 1951" (mi favorita) y "Ya no creo en el amor". Las maledicciones apuntan a que su relación íntima y personal se reflejaba en estas películas, cosa que no agradaba a la actriz, algo así como la Nora de James Joyce.
La crítica de entonces tachaba casi de basura esta joya. Y qué más da, todo es subjetivo. Nosotros si miramos bien, como en un espejo, nos vemos en la discusión agria y sin sentido de esa madura pareja con todo vivido ya. Es un cristal, una pecera con sus protagonistas desnudos. Y no podemos ayudarles. Tal vez ello somos nosotros mismos. No queremos serlo. Los paseos solitarios de ella, los devaneos de flirteo de él, los ensueños de ella añorando un amor pasado... todo... nos acaba señalando una única solución: la separación...y bajamos los brazos, y nos vencemos viéndolos naufragar en esos paisajes extraños...y como ellos nos sentimos extranjeros...y abdicamos.
El fin de ellos el fin de nosotros...nada se puede salvar... hasta que en mitad de una procesión mediterránea, ancestral, y arraigada en un misterio popular, surge el milagro...sálvame y no te separes de mí...y yo te querré siempre.
Imagomundisblog
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