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Voto de travis braddock:
6
Romance. Drama Una historia que mezcla amor, lujuria y amistad. Narra la apasionada relación de Lil y Roz, dos amigas de la infancia que, pasando unos días de descanso con sus respectivos hijos, se enamoran cada una del hijo de la otra, lo que provocará numerosos conflictos. Roz se da cuenta de que se ha enamorado del hijo de su amiga, y a Lil le pasará lo mismo poco después. A partir de entonces, cada acción amenaza con romper la convivencia y hacer ... [+]
11 de junio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Dos madres perfectas” está dirigida por la luxemburguesa Anne Fontaine, autora de películas como “Nathalie X” o la cinta sobre Coco Chanel que protagonizó Audrey Tautou y adapta el relato “Las abuelas” de la escritora ganadora del Nobel, Doris Lessing, en un proyecto que además está producido por Naomi Watts, una de las protagonistas. El eje de la historia es la amistad entre los personajes de Lil (Naomi Watts) y Roz (Robin Wright), amigas desde la infancia, que han crecido juntas y que ya pasados los 40 años viven al lado una de la otra, en un idílico paraje junto al mar en la región australiana de Nueva Gales del Sur. Roz vive con su marido y su hijo adolescente y en la casita de al lado está Lil con su otro hijo de la misma edad, aunque en su caso no hay hombres en su vida ya que enviudó años atrás. Todos ellos guardan una cordial relación que se verá desequilibrada cuando el marido de Roz se traslada a vivir a Sidney por motivos de trabajo, algo que no es visto con buenos ojos por su mujer y su hijo, que no están muy por la labor de dejar el lugar. Poco después, Roz comienza la relación con el hijo de Lil, ya en la edad de sentirse atraído por el otro sexo y que acaba poniendo sus ojos en la mejor amiga de su madre. Ella se resiste pero finalmente accede y su amiga no tardará en darse cuenta de la situación, lo mismo que el hijo de Roz. Y así no pasará mucho tiempo hasta que el hijo de Roz haga lo propio y seduzca a Lil, que se deja llevar, en el caso del joven y de la viuda para hacer lo mismo que aquella persona que ha sido su amiga toda la vida y con la que ha vivido todo.

Fontaine y el guionista Christopher Hampton (“Las amistades peligrosas”, “Expiación”) proponen un curioso panorama en el que la amistad se lleva al límite de compartirlo todo, los hijos comparten a las madres y las madres a los hijos, después de que todos ellos hayan crecido juntos y se sientan como una suerte de familia, con sus propios códigos. De esta manera, todos acaban aceptando la situación y viven con ello sin problemas, alejados como están del resto del mundo, sin temor a verse juzgados por los demás. Ese es el apunte más interesante del relato, esa plasmación de la maternidad llevada al extremo de dejar al hijo en brazos de la amiga y esa amistad entre las dos mujeres como una necesidad de una de vivir todas las cosas que vive la otra, como si fueran un único organismo que no admite diferencias. Aunque el idílico plan en el que viven no tarde en resquebrajarse cuando los hijos crezcan y empiecen a conocer a otras personas que les alejen de ellas.

Sin embargo, a pesar de estas inquietantes connotaciones, a la película le cuesta levantar el vuelo con un aire en ocasiones más telefilmero que perturbador, que hace pensar en lo que podría haber dado de sí la trama en manos de un director más audaz, además de que los actores que hacen de hijos de las protagonistas resultan bastante limitados. Por su parte, Robin Wright y Naomi Watts hacen un buen trabajo como esas madres cuarentonas que han creado entre ellas un lazo incluso más fuerte que el que tienen con sus hijos, que ante todo se tienen a ellas, con esa mezcla de entrega y competitividad que he observado tantas veces en la amistad femenina.
travis braddock
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