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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
9
Cine negro. Drama Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joan Bennett y Edward G. Robinson funcionan juntos. Es un hecho innegable, hay algo en esa imposible pareja que refleja muchas cosas del cine negro. Cuando a la suma se añade la dirección magistral de Fritz Lang, la palabra obra maestra comienza a sondear la mente de muchos espectadores. "Perversidad" es una de las piezas claves de un género, una historia original muy buena y mejor llevada a cabo, una reflexión de las pequeñas fronteras morales que se van cruzando hasta descender a los infiernos internos.

Dan Duryea, ¿quién si no?, acompaña a la pareja con un personaje que recuerda muy poderosamente al de "La mujer del cuadro". "Lazy legs" y este truhán conseguirán arrancar a un modesto y honrado trabajador, con un secreto gran talento para la pintura, indecentes sumas de dinero que no son fáciles de obtener por el amedrentado segundo marido de una fiera viuda de un inspector de policía.

Rodada en un delicioso blanco y negro, "Perversidad" es un relato que atrapa y respeta al público con giros de argumento muy inteligentes y que no defraudan, tan sorprendentes como posibles dentro del espejo deformado de la realidad que muestra. El conflicto interno que ocurre en la cabeza del protagonista está impecablemente mostrado, en una portentosa exhibición de Robinson, cómodamente apoyado por un elenco de secundarios extraordinarios.

A diferencia de su tocaya en la nostalgia, "La mujer del cuadro", la censura no mutiló ferozmente el lienzo, aunque la moral de la época obligase a mayores sutilezas (si bien esto en ocasiones es una ventaja para los realizadores de gran sensibilidad como es el caso de Lang).

Para encontrar su DVD bordado en un lazo rojo en un callejón apenas iluminado por unas pocas farolas.
El Libanés
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