Una buena película clásica, una adaptación de la mano de un genio llamado Martin Scorsese, como intérprete principal un tal Robert De Niro, uno de los mejores actores de su generación. Y, sin embargo, "El cabo del miedo" presenta muchas aristas sin pulir, momentos del mejor cine dan paso a defectos impropios de una obra de este tándem.

Empecemos por lo bueno, la ambigüedad moral de la historia encanta. Nick Nolte encarna a un exitoso abogado que sin embargo, no puede caernos bien, por más que ahora hayan comenzado a pasarle cosas malas. Engaña a su mujer, es un burgués acomodado de sí mismo y no valora en verdad, las muchas ventajas que le ha dado la vida.

Es decir, a pesar de que sabemos que el ex convicto interpretado por De Niro es un mal bicho, no estamos ante una burda trama de colores claros y oscuros, es todo muy gris. Jessica Lange también está muy bien como la esposa del letrado, que tampoco es excesivamente un ejemplo a seguir. A medio camino entre todos, Juliette Lewis es la hija adolescente de ambos, que no deja de sentir fascinación por ese extraño elemento que ha empezado a perturbar su vida.

Pese a todo lo dicho, "El cabo del miedo" que deja algunas escenas para el recuerdo y buenas actuaciones, no aporta mejoras sustanciales al original, es más, algunos momentos están tan hiperbolizados que se pierde realismo y eso es muy raro en un film de Scorsese, siempre tan apegado al equilibrio entre sus personajes.

Quizás sobrevalorada.