A pesar de que se han empeñado en hacer una animación más acorde a los horribles tiempos actuales y detallista, que parece que es lo único por lo que las películas de animación actuales pueden estar orgullosas, pero no es ningún mérito, porque a día de hoy eso se puede permitir. Es como si una película de los años setenta se valorase mejor por ser en color y no en blanco y negro como algunas de finales de los cincuenta. Podéis leer mis críticas a las otras películas de esta saga, que merecen mucho más la pena que esta. Y es que en esta se nota efectivamente el envejecimiento de la historia original, con una aproximación al pensamiento maduro de los nostálgicos que crecieron viendo la primera película de la saga, lo cual hace a esta más desgastada, insulsa y sin personalidad propia. Por lo que también se nota el atisbo comercial dirigido a esa audiencia ya con pocas ganas de vivir por haber envejecido, pero lo peor es que el humor de la película, no la historia, porque la historia está dirigida a la audiencia nostálgica, sino el humor de la película ya no es adulto como en las películas anteriores, sino infantil, y lo peor es que se nota mucho la fiebre feminista en él. Totalmente prescindible al demostrar que al cine se le han acabado las ideas originales actualmente.