El gran tema del cine americano: la justicia, trasladado, con el director del filme, a Londres, patria del policial, para nuestro placer y maravilla, pues hay algo turístico en esta película (podrán ver, por ejemplo, al pasar, el cambio de guardia en Buckingham Palace, y vamos a la ópera, etc.). No se pierdan la arquitectura reciente de edificios estrafalarios y deslumbrantes de transparencias, que ponen el mundo a los pies. Y la clase alta londinense nos recibe en una fantástica mansión y la chica casadera de la familia puede transformarse en el objetivo de la vida. Deslumbrante Woody Allen y un suspense atroz, y la mágica interferencia del azar que introduce la ambigüedad de lo real. El problema del policial puede recibir una irónica mirada pues, como diría Nietzsche, los hechos son interpretados, se transmutan en interpretaciones. La ficción es hipótesis, posibilidad, crea "los hechos" y las interpretaciones, el creador retoma los temas remanidos (por ej. "Crimen y castigo", de Dostoievski, o "Rojo y negro", de Stendhal) y los convierte en nuevas experiencias, en nuevas historias. No se la pierdan.